Los presidentes de la Argentina y Bolivia inauguraron ayer el electroducto Juana Azurduy de Padilla, la primera vinculación de energía eléctrica entre ambos países, que une la central generadora de Yaguacua con la estación transformadora Tartagal, en Salta. Alberto Fernández agradeció que “Bolivia siempre estuvo dándonos gas, aún en los momentos difíciles”, y destacó que comparte con Luis Arce “las miradas de poner igualdad y justicia en nuestro pueblos”. El jefe de Estado boliviano resaltó que la nueva línea de interconexión internacional “significa el inicio de exportación de excedentes de energía eléctrica a territorio argentino, pero también consolida en la práctica la integración y cooperación de dos países hermanos”. Ambos coincidieron en la necesidad de fortalecer la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
La construcción del electroducto de 132 Kv y 110 kilómetros de longitud forma parte del Memorándum de Entendimiento para el Intercambio que se firmó en agosto de 2014, durante las presidencias de Cristina Kirchner y Evo Morales. Cuatro años después Bolivia anunció inversiones para ampliar la Termoeléctrica del Sur, ubicada en el departamento de Tarija, hecho que ahora le permitirá exportar energía eléctrica al norte de Salta y Jujuy, a razón de 100 a 200 megavatios en una primera etapa.
Fernández afirmó durante el acto que compartió con Arce el objetivo de “igualdad y justicia” pero también el de “de preservar y respetar el Estado de derecho, de proclamar la unidad de las fuerzas populares y de construir una América Latina que se integre”. Le agradeció “el enorme trabajo que ha hecho tu patria en favor de la Argentina” y expresó “el orgullo” de poner en marcha una planta que permitirá “llevar a la Argentina electricidad producida por hermanos y hermanas de Bolivia”. “Bolivia siempre estuvo dándonos gas, aun en los momentos difíciles. Cuando nos hizo falta, llamé con algún grado de preocupación a mi amigo Lucho y siempre encontré la respuesta de un hermano y siempre lo pudimos resolver”, celebró.
Ambos presidentes compartieron el martes la reunión de la Unasur convocada por Luis Inácio Lula da Silva en Brasilia y reiteraron ayer la necesidad de recuperar la operatividad de ese organismo plurinacional. “Vamos a hacer todo lo necesario para poner en marcha la Unasur”, señaló Fernández, que volvió a criticar el proceso de “desintegración” de ese foro impulsada por Donald Trump y concretada por los gobiernos neoliberales de la región. Recordó también el aval de la OEA al golpe cívico-militar contra Morales en 2019 y reiteró que “todo lo que necesites de mí, de Argentina, lo vas a tener”.
En el mismo sentido, Arce afirmó que a Bolivia y a la Argentina los une la hermandad y “mucha historia”. “Somos actores de la misma película. Tenemos las mismas raíces. Nos unen héroes y heroínas como Juana Azurduy de Padilla. En momentos como estos, en los que nos sentimos sudamericanos, latinoamericanos, nos sentimos hermanos”, dijo. Más allá de que cada dirigente va peleando “por mejorar la vida” de su propio pueblo, si se trabaja en unidad se puede “mejorar la calidad de vida” de cada boliviano y de cada argentino, añadió.
Los mandatarios y sus colaboradores mantuvieron una reunión bilateral por más de una hora, en la que repasaron el avance de los acuerdos suscriptos y Fernández ratificó el interés de la Argentina para el desarrollo conjunto de proyectos que involucren a toda la cadena de valor de minerales como el litio, que otorguen valor agregado a las exportaciones de ambos países y promuevan la capacitación de técnicos y científicos. Los presidentes remarcaron el potencial para incrementar y diversificar el comercio bilateral a través del trabajo conjunto entre los organismos técnicos de ambos países.
Fuente: Pagina 12