Luego de recibir los mayores cacerolazos contra su gestión en las principales ciudades de Brasil, el presidente Jair Bolsonaro viajó en moto al municipio de Formosa generando hacinamiento al acercarse a saludar a sus seguidores. En la noche del miércoles, el mandatario habló en cadena nacional lamentando cada vida perdida por el coronavirus y prometiendo vacunar a toda la población adulta hacia fin de año. Bolsonaro, uno de los líderes mundiales más negacionistas sobre la gravedad del virus, subrayó que su gobierno “no obligó a nadie a quedarse en casa” y que tanto él como sus 22 ministros defienden la “libertad” y el derecho de “ir y venir” de los ciudadanos.
La Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) que analiza el accionar de Bolsonaro frente a la pandemia rechazó su discurso y sostuvo en un comunicado que la reacción del mandatario llegó con un “retraso fatal y doloroso”. La ruidosa protesta del miércoles ocurrió cuatro días después de unas masivas manifestaciones opositoras exigiendo la renuncia del mandatario y el mismo día en que Brasil registró 95 mil contagiados en un día, récord desde el 25 de marzo. Partidos de izquierda, movimientos sociales y sindicatos ya convocaron a nuevas protestas para el próximo 19 de junio con una consigna clara: “Fuera Bolsonaro”.
Fortaleza também é #ForaBolsonaro! pic.twitter.com/2BZ97QHfL4
— José Guimarães (@guimaraes13PT) June 2, 2021
Los partidos de izquierda y los movimientos sociales, estudiantiles y sindicales que atrajeron a miles de personas a las calles en 210 ciudades de Brasil y en 14 países durante el último fin de semana planean hacer lo mismo el próximo 19 de junio. “El tema de la Copa es un elemento más de nuestra indignación con Bolsonaro”, dijo Raimundo Bonfim, coordinador de la Central de Movimientos Populares (CMP). Por su parte Guilherme Boulos, líder del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), aseguró: “No se puede esperar pasivamente un juicio político a Bolsonaro hasta el 2022“, agregó quien también es precandidato a gobernador de San Pablo.
Tanto Bolsonaro como sus partidarios buscan pintar las protestas como un acto de campaña del el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien lidera las encuestas y se espera que se postule para el Planalto en 2022. Pero el líder del PT no asiste ni anima a sus seguidores a unirse a las marchas. Al respaldar la convocatoria de nuevos actos en redes sociales, su partido aseguró que es necesario “intensificar la movilización y tomar las calles del país”.