Según el Consorcio de Medios (que reúne a los principales grupos de prensa del país y realiza balances basados en informes de los gobiernos regionales) el total ascendía por la tarde a 500.022 muertos. El balance ministerial se publica después de las 21H00 GMT.
Brasil, con 212 millones habitantes, es el segundo país en superar la barrera de las 500.000 muertes, después de Estados Unidos.
La curva epidemiológica de Brasil volvió a acelerarse en las últimas semanas y numerosos expertos coinciden en que el país está ingresando en una tercera ola de la pandemia.
El promedio de muertes diarias en los últimos 7 días subió por encima de las 2.000 tras haber caído a 1.600 a comienzos de junio, pero aún está lejos de las más de 4.000 alcanzadas en abril, cuando el país vivió su fase más mortífera. En cuanto a los contagios, la media diaria escaló hasta los 72.000.
El presidente Jair Bolsonaro sigue minimizando la tragedia y menospreciando a las vacunas. Ayer dijo que lo mejor para tener inmunidad es contraer el virus.
Este sábado, miles de personas salieron a las calles de varias capitales brasileñas para protestar contra Bolsonaro por su gestión de la pandemia en el país. Desde temprano, muchos se congregaron en Río de Janeiro, Brasilia y Recife, entre otras 15 capitales, enarbolando consignas como “Fuera Bolsonaro”, “Fuera genocida”, “Gobierno del hambre y el desempleo”, “Vacuna ya” y “Vacuna en el brazo y comida en el plato”.
Las manifestaciones fueron convocadas por los frentes Brasil Popular y Povo Sem Medo (Pueblo sin Miedo), formados por decenas de organizaciones sociales y sindicales, apoyados por partidos y líderes políticos, entre ellos el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
