Una de cada 3 adolescentes en América Latina falta a la escuela de manera regular por no contar con implementos adecuados para gestionar de forma digna su período menstrual: agua limpia, ropa interior adecuada y toallitas sanitarias, tampones o copas menstruales.
En lugar de ello tienen que recurrir a calcetines, trapos o papel, una situación nada digna y que afecta su autoestima y frenando así sus oportunidades educativas y desenvolvimiento social.
Al respecto, Natalia Haag, directora de Testeo y Prevención de VIH de AHF (Aids Healthcare Foundation) Argentina explicó: “No siempre las personas pueden acceder a los medios correspondientes de higiene menstrual o contar con instalaciones de baño seguras. Por este motivo, es vital vincular la salud menstrual a políticas de Estado y considerarlo como un derecho que debe ser garantizado económicamente y aceptado socialmente sin tabúes”.
De acuerdo con Unicef, en el mundo más de 1.800 millones de personas menstrúan, pero a 500 millones de ellas se les niega el acceso a instalaciones seguras y a los productos sanitarios que ayudan a manejar sus períodos de manera saludable. De acuerdo con un estudio del Instituto Centro de Estudios Estratégicos de Relaciones Internacionales (Ceeri), en la región de América Latina y El Caribe, solamente 9 de 31 países consideran a los productos de higiene menstrual como productos de primera necesidad.