El giro kirchnerista del Frente de Todos con el nombramiento de Silvina Batakis en Economía fue recibido con calma por la CGT, que en su primera reunión de análisis de la crisis interna optó por concentrarse en su mayor preocupación: forzar el cumplimiento del Gobierno al compromiso de Alberto Fernández por cubrir un rojo de 35 mil millones de pesos de sus obras sociales. La “mesa chica” de la central, infrecuentemente con la participación de todos sus espacios representativos, abrió un período de espera para reforzar esa negociación y medir los primeros pasos de la nueva ministra antes de convocar a su Consejo Directivo.
Desde que Daer acudió a un encuentro con la expresidenta en el Senado el encono del sindicalismo más tradicional se aplacó.
Promesas
Aunque se ausentó José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), el especialista en la problemática de las obras sociales, los reclamos por fondeo a esas entidades estuvieron a lo largo de toda la charla. Como reveló este diario se trata de exigirle a Alberto Fernández el cumplimiento de una promesa que arrastra del año pasado y que en 2022 representa unos 35 mil millones de pesos en concepto de cobertura de las prestaciones de educación y transporte para los afiliados discapacitados de las obras sociales.
A tal punto el tema está al tope de las preocupaciones de los dirigentes que incluso las metáforas elegidas en las charlas de ayer parecían inspiradas en la materia: “aunque sea con muletas, el Presidente tiene que llegar al final de su mandato”, avisó el referente de un gremio de servicios. Otro sindicalista, para no adelantar una sentencia negativa contra Batakis por su cercanía a Cristina, apuntó: “esperemos a ver para dónde cojea el rengo”.