Una vez que se aseguraron que eso no ocurriría y que Massa sería el único en eventualmente capitalizar el anuncio, la CGT se puso al frente de un planteo hasta entonces sólo en boca de la CTA de los Trabajadores y del sector que responde a Pablo Moyano.
Ayer en la central celebraban por lo bajo la difusión de un monto fijo acotado a dos pagos mensuales de 30 mil pesos cada uno, en septiembre y octubre, respectivamente, ideado para que los negociadores de empresas y gremios puedan adecuarlo al resultado de su paritaria y con la salvedad de que los sectores pyme podrán compensar parte o todo el costo mediante reembolsos estatales.
Lejos, en definitiva, de la suma fija que había reclamado el kirchnerismo en el último año, planeada como una nueva base salarial con efecto multiplicador sobre todas las escalas, de manera permanente, para recupero del poder adquisitivo perdido durante la gestión de Alberto Fernández y como estímulo al consumo.
En cambio, las charlas entre dirigentes coincidían en marcar la preocupación por el rumbo de la campaña del oficialismo. Alegaban que un sector de Unión por la Patria no parecía haber tomado nota de la derrota del espacio a manos de Milei y, en particular, de la pérdida de votos considerados propios por el peronismo a manos de otros espacios y entre electores que optaron por quedarse en sus casas el día de las PASO.
Mayorías
En la “mesa chica” circulaba un documento difundido, al parecer, por el equipo de campaña de Massa, que refleja el resultado electoral en 42 municipios del primer y tercer cordón de la Provincia de Buenos Aires, la mayoría de ellos con historial peronista.
El listado muestra que en 35 de esos distritos el voto al intendente local superó (ajustadamente en algunos casos pero en otros, por más de 25 puntos) a la fórmula presidencial de Unión por la Patria. La conclusión, para los sindicalistas: los dos meses que restan hasta la elección general deberán apuntar a los intendentes de esos distritos para revertir guarismos que hasta ahora sólo los favorecieron a ellos.
La CGT buscará, con esos argumentos, reposicionarse como un brazo activo en la campaña. Ya lo hizo al recibir a Massa y a Agustín Rossi en el salón Felipe Vallese del edificio de la central obrera, en julio, y pocos días antes de las PASO con la organización de un acto masivo en un estadio de Malvinas Argentinas en el que le cedió protagonismo total al candidato presidencial.
En el equipo del tigrense evitaron responder, aún, si hay beneplácito en el ofrecimiento de un rol protagónico por parte de la organización.
Fuente: Ámbito