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miércoles, 24 abril, 2024
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    Cómo aprovechar el litio para el desarrollo

    Los recursos minerales son visualizados a nivel global con una importancia creciente en la evolución industrial. La Argentina define cómo subirse a la ola.

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    “Los recursos minerales son esenciales para el sistema energético, con lo cual las preocupaciones sobre la seguridad en torno a la provisión de petróleo ahora también abarcan a los minerales”, explica un reciente estudio de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), el organismo rector en materia de literatura energética. El trabajo llamado “El Rol de los Minerales Críticos en la Transición hacia las Energías Limpias” describe el impacto de la fuerte necesidad de minerales para el desarrollo de la “economía verde”.

    El tema es de mucha relevancia particularmente para la Argentina, que tiene el potencial de convertirse en un actor de peso en el mercado del litio. El país tiene debilidades institucionales en relación a Chile y Bolivia. Sin embargo, en el último tiempo el avispero comenzó a moverse y hay algunos borradores de iniciativas por parte del gobierno, por el lado de YPF y de la bancada oficialista en Diputados.

    En la Cámara baja habría una propuesta de parte de legisladores de Jujuy del Frente de Todos con el apoyo del gobernador de Catamarca, Raul Jalil, para la creación de un Instituto Nacional del Litio. También desde el lado del diputado Carlos Heller están “buscando información y antecedentes” para retomar la idea del proyecto de ley vinculado al litio presentado en 2015 que preveía “declarar de interés público la exploración, explotación, concesión de explotación, industrialización y demás actos consiguientes del litio y sus derivados”. Otra de las vías para avanzar en una mayor participación del Estado nacional es la creación de YPF-Litio, algo que también sonó en los últimos días.

    “El litio está regulado por el código de minería nacional y por la ley nacional de inversiones mineras. Por lo tanto, sacar al litio de ambas leyes nacionales es potestad del Congreso y es lo que le permitiría a las provincias junto al Estado Nacional establecer nuevos contratos de explotación con las dos empresas que hoy extraen litio para aumentar regalías, ganancias, aportes a comunidades y al sector ciencia y tecnología, mayor control del daño ambiental e industrialización de una parte del producto”, explica Federico Nacif, coordinador de Vinculación Tecnológica InnovaT-Conicet.

    El rol de los minerales

    “La transición hacia la energía limpia implica un giro desde la tecnología intensiva en combustible a la intensiva en elementos minerales”, indica el informe de la IEA. Los minerales a los que hace referencia son cobre, litio, níquel, manganeso, cobalto, grafito, cromo, molibdeno, zinc y silicio, entre otros.

    Por ejemplo, un parque eólico onshore requiere unos 10 mil kilos de minerales por cada megavatio de potencia instalada; un offshore, unos 15 mil kilos y la generación fotovoltaica, 7 mil kilos. La nuclear, 5 mil; carbón, 2500 y gas natural, unos 1000 kilos por cada megavatio de potencia. Los vehículos tradicionales cuentan con unos 35 kilos de este tipo de minerales, mientras que los eléctricos ascienden a más de 200 kilos.

    Litio, cobalto y níquel son usados para mejorar la performance de las baterías recargables, mientras que otros “minerales raros” se usan para los imanes de las turbinas eólicas. Además, la ampliación de la electrificación para abastecer a los autos requiere de cobre y aluminio.

    “Esto obliga a poner atención en las cadenas de valor de estos sectores y a la provisión adecuada de los minerales. Los debates alrededor de la seguridad energética tradicionalmente se han asociado al petróleo y al gas natural. Ahora los gobiernos necesitan expandir sus horizontes sobre nuevos potenciales peligros”, dice la IEA. Advierte que “la cadena de proveedores de materiales de las energías limpias está más concentrada que en petróleo y gas natural. Sudáfrica y el Congo explican el 70 por ciento de la producción de platino y cobalto, respectivamente, y China, el 60 por ciento de los elementos raros. En cobre y níquel, la mitad de la oferta se concentra en tres países”.

    Las perspectivas del litio

    El litio es un material clave en la producción de las baterías recargables para los autos eléctricos. Más de la mitad de la producción actual de litio corresponde a Australia, seguido de Chile (23 por ciento), China (10,0) y Argentina (8,0). Se calcula que en 2025 Chile explicará un 25 por ciento dea producción y Argentina, un 15 por ciento. Si se miden las reservas, la Argentina tiene el 21 por ciento de los recursos globales y junto a Bolivia y Chile dan cuenta del 58 por ciento del total.

    Existe amplio consenso acerca del horizonte de fuerte crecimiento de la demanda de estos minerales en general y del litio en particular. Se calcula que a nivel global la demanda de litio podría subir unas 40 veces para 2040 y que la capacidad total de baterías recargables conectadas a las redes eléctricas pasaría de unos 15,5 gigavatios el año pasado a 105 gigavatios en 2040.

    Debilidades institucionales

    En su trabajo “Una mirada estratégica sobre el triángulo del litio”, el investigador de Fund.ar, Martín Obaya, compara los cuadros normativos de Bolivia y Chile con el de Argentina concluye que éste último “es poco favorable al desarrollo de políticas productivas, muestra visiones encontradas sobre la estrategia correcta y falta de coordinación entre provincias y niveles de gobierno”.

    Bolivia: “El litio es un recurso estratégico y cuenta con un marco normativo específico. El Estado central controla la propiedad, el acceso, la explotación, la extracción y producción de carbonato de litio. La participación de empresas privadas se encuentra restringida a ciertas actividades y siempre en asociación con empresas públicas estatales”, explica Obaya.

    Chile: La explotación de litio también está regulada por un marco normativo específico que data de los `70. “Luego el Estado vendió su participación en las empresas productoras de litio. Desde entonces, la explotación quedó en manos privadas y el papel del Estado se limita a la regulación y a la supervisión de la actividad”, describe Obaya. Las dos operaciones actualmente activas en Chile, una en manos de la estadounidense Albemarle y otra a cargo de la chilena SQM, están reguladas por contratos firmados por la estatal CORFO, que es la propietaria de las concesiones en el salar de Atacama.

    Argentina:  “La actividad litífera se encuadra en el marco normativo que regula la actividad minera en general y se orienta a promover la atracción de inversiones privadas. En un esquema de gobernanza federal, solo Jujuy ha definido un marco normativo donde se establece el carácter estratégico del litio, mientras que Catamarca y Salta asumieron una posición que se corresponde con el carácter liberal del sistema normativo minero nacional”, define el trabajo.

    Otro punto muy relevante de la debilidad del entramado local es que durante los últimos años los reclamos y las manifestaciones de las comunidades en materia ambiental se han acentuado principalmente alrededor del tema del agua. La extracción de litio requiere de mucha agua y se realiza en zonas de alto “stress hídrico”, ya que se trata de un recurso escaso para hogares y actividades productivas.

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