Tehuel de la Torre está desaparecido desde el jueves 11 de marzo cuando fue a encontrarse con un hombre que le había prometido trabajo. No es la primera persona trans desaparecida en democracia pero sí es el primer caso de un varón trans desaparecido que logra nacionalizarse. “¿Se puede buscar a Tehuel en los marcos y lógica de un sistema de justicia patriarcal y binario? La respuesta claramente es no”, se pregunta y responde la antropóloga Celeste Perosino en esta nota que busca pensar los obstáculos estatales que se suman a las fallas estructurales y la invisibilización mediática en la búsqueda del joven de 22 años de San Vicente .
Hace casi un mes que las distintas agencias del Estado ni la administración de justicia pueden responder al interrogante: ¿Dónde está Tehuel? Los dos hombres detenidos en el marco de su búsqueda tampoco aportaron ningún dato para desarmar la incógnita de su paradero que tiene a su familia, amigues y al activismo LGBTIQ+ impulsando marchas, concentraciones y acciones para romper con la invisibilización mediática de su búsqueda. A las limitaciones y fallas estatales en el derrotero de la búsqueda de personas desaparecidas, se suma en este caso que no se trata de una mujer cis o varón cis: Tehuel de la Torre es un pibe trans. Y a pesar de que hace nueve años en Argentina las identidades trans tienen reconocimiento estatal, la burocracia se vuelve cómplice de la impunidad con los obstáculos que impone. No es la primera persona trans desaparecida pero sí es el primer caso de un varón trans desaparecido que logra nacionalizarse: Tehuel es un llamado de atención para romper los binarismos en el acceso a la justicia.
Comenzó su transición a los 13 y no hizo una rectificación de su documento ni cambió el nombre que su familia había elegido para él. Tehuel tiene 22 años y vive en San Vicente en la casa de su mamá, Norma, junto a su novia Michelle y el bebé de ella. Es changarín: corta el pasto en las casas de su barrio o poda los árboles cuando le piden. También revende algunos productos que compra y ofrece para la venta lo que cocina con su novia Michelle. Recorre la laguna de San Vicente, a 45 kilómetros de Buenos Aires, ofreciendo “bolitas” para acompañar la mateada. Lo último que saben de él es que el 11 de marzo salió de su casa en busca de una oportunidad de trabajo en Alejandro Korn y nunca más volvió.
Hasta el momento, la fiscal Karina Guyot de la UFI descentralizada de San Vicente, pidió la detención de dos hombres. El primero fue Luis Ramos, de 37 años, que había prometido contratarlo para trabajar de mozo en un evento y reconoció haberse encontrado con Tehuel el 11 de marzo. La geolocalización del teléfono del joven desaparecido mostró que llegó a las 19.45 h a la cita con él y hasta las 0.30 del día siguiente su celular emitió señales en la zona del barrio La Esperanza, donde vive Ramos. Frente a su casa, en el primer allanamiento de la causa, encontraron restos quemados de un teléfono y de un camperón azul parecido al que llevaba puesto el joven. También encontraron un preservativo enterrado que está siendo peritado. A su vez, desde el 27 de marzo está detenido Oscar Alfredo Montes, de 46 años, quien había declarado no haber visto a Tehuel y la fiscalía aseguró tener pruebas para demostrar lo contrario. Montes quedó imputado por el delito de “encubrimiento en concurso real con falso testimonio”. Una foto en el teléfono de Ramos donde se lo ve a Tehuel junto a él y a Montes es una de las pruebas con las que cuenta la fiscalía para mantenerlos presos.
“¿Se puede buscar a Tehuel en los marcos y lógica de un sistema de justicia patriarcal y binario? La respuesta claramente es no”, se pregunta y responde Celeste Perosino .Ella es parte de la Colectiva de Intervención ante las Violencias (CIAV) una organización que, desde 2012, trabaja sobre el binomio desaparición y búsqueda de personas. Junto con la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) llevan adelante un proyecto de identificación de personas a través del cual han podido identificar 340 personas y sólo una de ellas es una persona travesti. Para Perosino, este es un dato que da cuenta de los límites del acceso a la justicia de las personas trans, travestis y transexuales.
Rastrillajes, operativos policiales, drones, perros: para la especialista, los elementos clásicos que aparecen en escena cuando hay una desaparición se vuelven insuficientes si no se tiene en cuenta el contexto. “Para buscar a alguien hay que conocer a esa persona. Vale preguntarse si el servicio de justicia conoce el contexto de violencia estructural, la cual se encuentra a las personas trans, travestis y transexuales, porque ese contexto es justamente el que va a poder explicar y permitir entender la desaparición de Tehuel. Pensemos que los varones trans están en un 49 por ciento en la informalidad laboral, que la desaparición de Tehuel se da en ocasión de que se acerca a un domicilio en búsqueda de un trabajo”, aporta.
“Sin conocer el contexto que atraviesan las personas trans. Es muy difícil plantear una hipótesis de búsqueda y garantizar una investigación que tenga como criterio de justicia la perspectiva de género”, dice la investigadora que trabajó durante once años en el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) .
En las historias de búsquedas de personas desaparecidas el cotejo con hospitales y morgues es otra de las acciones que entran en juego en la investigación. Esos registros, muchas veces deficientes e incompletos de por sí, pueden volverse un obstáculo en el caso de las personas que no entran en las categorías femenino/masculino. “Todos los métodos de identificación de personas están desarrollados para identificar un varón o una mujer. Y las representaciones corporales que se utilizan en las morgues son binarias”, dice Perosino.
“El mayor problema para el acceso a la justicia de las personas LGBTIQ+ está vinculado al registro binario de la burocracia estatal, las leyes de protección y la metodología de trabajo de los cuerpos forenses”, agrega Perosino. “El sistema de protección de las personas LGTBI no tiene el mismo grado de desarrollo que el de las mujeres cis. Las leyes jerarquizan víctimas y modalidades de violencia. Lo mismo ocurre con los protocolos de investigación de muertes violentas. Están pensados sólo para violencias letales que sufren las mujeres cis y plantean tipologías de femicidios únicamente ajustados a las violencias que pueden sufrir las mujeres cis”, agrega.
Las fichas de autopsia, los análisis de laboratorio y todas las herramientas con las que cuenta la antropología forense está pensada en términos femenino/masculino. “Las corporalidades trans no están representadas. Tampoco se ha desarrollado métodos específicos del ámbito médico legal o de la antropología forense para la identificación de personas trans, travestis y transexuales”, explica Perosino. Y sigue: “si queremos investigar la desaparición de un varón trans, se deben conocer cuáles son las intervenciones corporales a las cuales se someten, como es el proceso de hormonización y qué impacto registro tiene en su corporalidad para poder identificarlos ante un caso de desaparición. Estudios recientes determinaron que la hormonización en varones trans tiene impacto en algunos rasgos astrológicos en pelvis y toda esta información debe tomarse en cuenta para poder leer en un cuerpo las marcas y rasgos que nos permiten identificar más allá de las identificar identidades binarias y poder hallar a las personas trans que desaparecen”.
En el documento Búsquedas de personas en democracia. Identificaciones de NN, trayectorias de vidas y cursos burocráticos, la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) y la Colectiva de Intervención ante las Violencias (CIAV) hacen algunas propuestas en relación al trabajo con desaparecidxs lesbianas, trans y no binaries como:
-Crear una unidad especializada en el examen y revisión de casos fríos de desaparición de mujeres y personas del colectivo LGBTTIQ+ para identificar posibles femicidios, lesbicidios, transfemicidios/travesticidios que no se hayan investigado bajo esta hipótesis general y que atento al tiempo transcurrido amerita comenzar a investigarse de tal manera.
-Diseñar formularios de denuncia, bases de datos, sobre personas desaparecidas, ausentes o no localizadas no binarios, esto es, que permitan la consignación de todas las identidades de género para facilitar la búsqueda así como para comenzar a generar conocimiento acerca del fenómeno de la desaparición en el colectivo LGBTTIQ+. En misma línea generar disposiciones para la consignación de dichas identidades en avisos de fallecimiento, actas de defunción, protocolos de autopsia, etc.
Daniela Castro es directora provincial de Diversidad Sexual del Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires. Fue quien se contactó con la hermana del joven y articuló para que la Ministra bonaerense Estela Díaz se reuniera con la familia. Desde este espacio se armó una mesa de trabajo conjunta con el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Seguridad, la municipalidad específicamente el Área Género y la Unidad Fiscal de Investigación de San Vicente.
“No estamos viendo el impacto en los medios nacionales de la misma manera que lo vemos en otros casos y eso tiene que ver con que se trata de un varón trans”, dice Daniela Castro . Y sigue: “avanzamos muchísimos en la prevención y abordaje de las violencias en mujeres cis y heterosexuales pero no en cuestiones que tengan que ver con las personas trans. Tehuel es una alarma para profundizar desde los movimientos de mujeres y desde el propio Estado”.
Para la funcionaria, además, es fundamental poner el foco en la falta de acceso a trabajo formal de la población trans. En septiembre de 2020 el presidente Alberto Fernández decretó el cupo laboral travesti Trans en el sector público nacional, que garantiza un mínimo del 1% de la totalidad de cargos y contratos para personas travestis, transexuales y transgénero. La provincia de Buenos Aires fue la primera en contar con este tipo de normativa en 2015 (aunque tardó cuatro años en reglamentarse). “Trabajamos con el cumplimiento de la ley Diana Sacayán con el cupo laboral trans. Pero tiene que reflejarse no solo en el Estado sino también en los sectores privados para seguir impulsando la rueda del cambio cultural”, dice Castro.
Mientras tanto Tehuel sigue desaparecido y a la pregunta sobre su paradero se suma otro interrogante: ¿Qué pasó con Tehuel?
Cómo aportar datos a la búsqueda de Tehuel
La última vez que vieron a Tehuel tenía puesta una camisa de mangas cortas blanca, un camperón azul con detalles blancos, un pantalón gris, una gorra con vicera gris y negra y zapatillas de color azul. Es de contextura robusta, tez blanca, cabello corto de color oscuro y mide unos 1,56 metros. Las autoridades pidieron que las personas que tengan información sobre su paradero se comuniquen con la UFI Descentralizada de San Vicente, llamen al 0221-429-3015 o escriban a [email protected].
Se puede brindar información sobre Tehuel con reserva de identidad.
Fuente: https://latfem.org/