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viernes, 29 marzo, 2024
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    Cómo se vivió la campaña y el día de votación del referéndum

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    Desde Montevideo

    El oeste de esta ciudad camino al cerro tiene una sonoridad de domingo electoral. Los saludos a bocinazos entre partidarios del “Si”, el bullicio en los locales del Frente Amplio (FA), las veredas pobladas de votantes que conversan de política como si fueran hinchas de Peñarol y Nacional. En el barrio donde se levanta la fortaleza de Montevideo y su vecino Pueblo Victoria –La Teja (se describe como unidad urbana de una sola identidad) la mañana empezó con una agresión de jóvenes del Partido Nacional Lista 71 a militantes del Movimiento de Participación Popular (MPP) en el FA.

    Los primeros habían tapado consignas a favor del “Si” en el referéndum. La siguieron con provocaciones y algún golpe. Aunque el hecho no pasó de ahí, sorprende porque la civilidad uruguaya es una señal de identidad. Pero lo que está en juego había disparado la tensión el viernes. El club Progreso que presidió Tabaré Vázquez en la década del ‘80 fue requisado por la policía que buscaba propaganda electoral en una tienda que vende camisetas de fútbol.

    Muy cerca de ese bastión opositor del oeste, a orillas del Arroyo Pantanoso y en una barriada muy humilde, La Cachimba del Piojo, nació el Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros). En la vieja casa montevideana que se dio ese hecho fundacional, hoy está la base Eduardo Pinela – equivalente a una unidad básica o comité radical- del MPP. Se llama así por un joven albañil que murió en un accidente de trabajo. Fue contemporáneo de Raúl Sendic, el líder tupamaro que iniciaba su lucha al mismo tiempo en Bella Unión, durante los años ‘60.

    El referéndum activó a la militancia del Frente Amplio que salió a pelear el voto desde abajo y por abajo. El diputado nacional Gabriel Otero se siente parte de ella. Hijo de dos presos políticos de la dictadura, refleja ese pulso del activismo barrial. Ex alcalde del municipio A montevideano, trabajó como taxista quince años y volvió a ser chofer por un día. Él mismo se encargó de llevar a un grupo de mujeres mayores hasta su lugar de votación. Una de ellas, Olga Machado, vivió durante cuatro décadas exiliada en Colonia, Alemania. Su ex marido fallecido – cuenta– “era primo del ex presidente argentino Héctor Cámpora”. Otero dice después de acercarla hasta la escuela donde votó: “Tengo la necesidad de vivir esto y mantener el contacto con la gente”.

    Lo acompaña un militante, el “Pela”. Otros esperan en un local del MPP de la avenida Ramírez. Hay imágenes de Artigas, Túpac Amaru y Pepe Mujica en su interior. El ex presidente fue uno de los electores que se anticipó a la apertura del referéndum. Otero lo pasó a buscar antes de las 8. Entró a la Casa Cuna, en el Cerro, donde votó. En el barrio casi no se ve la presencia del No. Hay que trasladarse más hacia el centro o Punta Carretas, su bastión. Una de las zonas más acomodadas de esta capital donde la Ley de Urgente Consideración (LUC) es como uno de los Diez Mandamientos para el gobierno de Lacalle Pou.

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