“Sobrepasada la meta oficial del 29 por ciento, los escenarios más probables en materia de inflación de cara a fin de año se ubican en la franja del 45 al 50 por ciento“, anticipa el Instituto de Estadísticas de los Trabajadores que depende de la UMET. En esa línea se manejan las consultoras del sector privado. Ese cálculo supone que la desaceleración observada en los últimos meses no se interrumpa notablemente.
“Si la inflación permaneciese en el 2,9 por ciento mensual en lo que resta del año, los precios de 2021 habrían acumulado un 48,2 por ciento. Para que la inflación de 2021 no supere el 45 por ciento, los precios mensuales deberían subir como mucho un 2,3 por ciento mensual, lo cual implicaría una marcada desaceleración respecto al registro de los últimos cuatro meses, que rondaron el 3 por ciento”, detalla la UMET.
Para Martín Kalos, director de la consultora EPyCA, “lo más probable es que sea muy lento el descenso de la inflación y que no esté exento de algún traspié. Lo más importante es que se estabilice un sendero de desinflación”.
El CEPA analizó que “las tarifas de servicios públicos no tendrán aumentos hasta finales de año y tampoco habrá incremento de combustibles. En cuanto al dólar, en los últimos meses el tipo de cambio oficial se mantuvo por debajo de la inflación. Si bien se espera que los próximos meses continúe esta dinámica, hay que tener en cuenta el factor de estacionalidad, dado que los niveles de liquidación de cosecha comienzan a bajar y esto podría presentar tensiones al alza sobre el comportamiento del dólar”.
A su vez, en el tema salud, el Gobierno autorizó un aumento acumulativo de 9 por ciento en agosto, 9 por ciento en septiembre y 9 por ciento en octubre. A ello podrían sumarse posibles incrementos en medicamentos. “Aunque se escuchan voces que sugieren nuevos aumentos derivados de las tensiones cambiarias de dólar blue y de la reapertura paritaria de este mes, esto no debería suceder en la segunda etapa del año“, concluyó el CEPA.
