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jueves, 28 marzo, 2024
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    Comodoro Py pica el boleto: movimientos, giros previsibles y ansiedad por “la corrida”

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    Un reloj de arena invisible se acaba de dar vuelta. Indicador inconfundible del habitual movimiento de los tribunales federales de Comodoro Py cuando perciben un cambio de viento político, y que se activa como un acto reflejo ante una ineludible la pérdida de poder. Esa respuesta adaptativa es la que permite considerarlos expertos en el arte de sobrevivir y cuyo producido se cristaliza en resoluciones judiciales. Todo ese proceso que suele darse promediando el año electoral, se adelantó. “Si hubo pocos favores, ahora se terminaron”, se sinceró un juez ante Ámbito, al reconocer que los tribunales de Retiro comienzan a otear el horizonte, descartan una reelección del presidente Alberto Fernández y avizoran que después del affaire por el despido de Matías Kulfas, la relación con Cristina de Kirchner solo tiene para empeorar. Así es que comienza, a veces de forma minimalista, con pequeños expedientes (a la espera de más claridad con los grandes), a visualizarse el giro de timón.

    La exoneración explícita de Mauricio Macri y de los camaristas Gustavo Hornos y Mariano Borinsky por las visitas a Olivos en dos instancias distintas fue el ejemplo palpable de esta semana que resuelve, además, un problema para el propio sistema judicial. El avance de una investigación contra la intendenta de Quilmes, la camporista Mayra Mendoza, por la contratación de cooperativas bajo sospecha por presunta relación con funcionarios o exfuncionarios ligados al municipio; la causa iniciada contra el Secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla por la muestra contra el neoliberalismo en la ex ESMA bajo la acusación de malversación de caudales públicos. Todos ejemplos de eventuales dolores de cabeza para el oficialismo.

    Incluso, el fiscal federal Carlos Stornelli llegó a decirle a quien quisiera escucharlo que podría crear un cataclismo con la denuncia de posibles irregularidades en la licitación del gasoducto Néstor Kirchner, forzada en la interpretación de un texto en “off the record” que se le atribuía a Kulfas. No es el plan del juez Daniel Rafecas que apuró un cronograma de testigos que le permitan tener por acreditado que no existió delito alguno en la confección del pliego lo más rápido posible. Stornelli, por las dudas, no imputó a nadie. No se sabe si por cautela o porque podía volver a quedar cara a cara con Techint, en un déjà vu de “cuadernos”. Nota al pie: nadie debe confundir que el anuncio de un peritaje caligráfico respecto de algunos tramos de algunos de los cuadernos de Oscar Centeno sea un síntoma de la precipitación al averno de ese expediente, inviable para un juicio oral. Es una corrección mínima que mantiene vivo el asunto y que también colabora para que los bufetes que representan a los empresarios involucrados puedan actualizar sus “fees”.

    En el andarivel contrario no hubo intención siquiera de disimular el revoleo del expediente por las visitas de camaristas. El primer día de junio se conoció que a fines de abril Marcelo Martínez de Giorgi había sobreseído al expresidente y a sus colegas (y superiores) afirmando que algunas de las visitas habían podido acreditarse pero no los fines “indebidos” que pudieron tener, es decir que hubiese una correlación con expedientes judiciales que debían resolver en contra de exfuncionarios K. Para Borinsky dio por justificado los encuentros basado en que había un motivo institucional para el contacto presidencial por la comisión de reforma del Código Penal. Para Hornos, ni eso. Nunca se va a saber para qué se reunió con Macri. Por las dudas, delegó todo en el Consejo de la Magistratura por si existe una cuestión disciplinaria por resolver. Es ocioso. Los expedientes ingresaron al Consejo un año atrás sin novedad. La fiscal Alejandra Mangano apeló por prematura la decisión. Su superior José Luis Agüero Iturbe, el último viernes, en la primera página despejó el misterio: “se encuentra acreditado que el hecho investigado no se cometió; no en el punto a la existencia de algunas de las reuniones acreditadas, sino en cuanto a que mediante ellas se influyó en el actuar de la justicia para dictar pronunciamientos con la intención de perjudicar o agravar la situación judicial de algún encartado”. Pero casi en una admisión, dejó sentado el siguiente criterio: “De continuar con esta encuesta no arribaríamos a ningún puerto y solo profundizaríamos la ya esmerilada dignidad del Poder Judicial”. Inserte un emoji.

    Agüero Iturbe había dictaminado a favor de que se revoque el procesamiento contra Macri en la causa ARA San Juan, decisión que sí deberá ser resuelta por la Cámara Federal. No es por la inocencia del expresidente sino por un motivo más formal que no se incluyó al momento de que brindara declaración indagatoria. Salvo excepciones, no existe fascinación por el líder del PRO en los despachos de Comodoro Py. No solo tienen el amargo recuerdo de la injerencia de la AFI. Muchos recibieron un trato similar en algún momento determinado que les hizo pensar que existía información de ellos nutrida por actividad de inteligencia ilegal.

    El fiscal general ante la Cámara de la Plata Diego Iglesias se inclinó porque la causa por la denominada “Mesa Gestapo” se mudara de los tribunales platenses y del dominio del juez Ernesto Kreplak hacia Retiro, para pasar a la estantería de Martínez de Giorgi, el juez que se quedaría así con toda la colección de los tomos de espionaje en sus diferentes modalidades que se practicó entre 2016 y 2019.

    La mirada está puesta también en lo que ocurra el 29 de septiembre en Casación, cuando se lleve a cabo la audiencia para revisar el sobreseimiento de Cristina de Kirchner y el resto de los apuntados por la firma del Memorándum con Irán. El TOF 8 los sobreseyó por inexistencia de delito, pero apelaciones mediante, el asunto tiene que ser revisado por el máximo Tribunal penal. Hay una coincidencia cronológica con el clímax del juicio oral por Vialidad, sobre el que se ha depositado demasiada energía opositora para arañar una eventual condena. Lo mismo para que la Corte rechace los recursos presentados por la vicepresidenta que denunció un plexo probatorio incompleto y varias otras irregularidades.

    La corrida

    Mientras todo este escenario empieza a configurarse en el fuero más político de tribunales, los jueces, por su parte, se ponen ansiosos por “la corrida”. En la jerga tribunalicia no representa lo mismo que para el sistema financiero, sino que tiene una connotación muy positiva y deseable. Se trata de los ascensos que se generan a partir de la cobertura de vacantes mediante concursos de los magistrados que ya pueden estar en funciones y cuya promoción genera un nuevo espacio a cubrir que expande radialmente los beneficios. Es la materia prima con la que los consejeros jueces pueden hacer campaña para sus líneas internas de conducción. Por eso es vital que logren resucitar al Consejo en su funcionalidad para poner la proa en aprobar ternas. El jueves va a haber una interesante parada técnica que se resolverá a fuerza de votos.

    Dos datos: desde agosto de 2021 que no se nombran jueces en la Argentina. Esa fue la última sesión para aprobar pliegos remitidos por el Ejecutivo en el Senado. Y eso que todavía no había pelea en la cúpula del Frente de Todos. Hay pliegos frenados en el territorio de Cristina pero hay muchos más que esperan la firma de Alberto Fernández, incluso, desde mucho antes. Desde esa perspectiva lo máximo que puede hacer el Consejo es elevar más ternas aunque terminen en un previsible cuello de botella si la política no empieza a mostrarse interesada. El segundo dato es que en agosto comienza el proceso formal para renovar las sillas en el Consejo, de cara a noviembre. Los jueces saben que su carta de triunfo son los resultados que puedan mostrar para atraer votantes a sus respectivas listas. Si hay algo que no puede pasar es que se muestren inactivos o acomodaticios con el parate. Abogados y académicos seguirán el mismo destino electoral. En el Consejo se cristaliza otra cuestión. No hay funcionarios ni legisladores del bloque oficialista que respondan orgánicamente a la Casa Rosada. Por el contrario, todos se referencian en el cristinismo.

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