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sábado, 9 noviembre, 2024
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    Condenan al policía que causo la muerte de otro efectivo a 4 años de prisión

    Homicidio culposo agravado por accidente de tránsito

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    Sebastián Seredisky fue encontrado culpable de homicidio culposo agravado, ya que manejaba ebrio y a alta velocidad cuando chocó, causando la muerte de su acompañante, en octubre de 2014.

    El oficial subayudante de la Policía de Misiones Sebastián Seredisky (28) fue condenado a cuatro años de prisión de cumplimiento efectivo -a partir del momento en que quede firme el fallo- y ocho de inhabilitación para conducir vehículos automotores, por la muerte de su colega, el oficial Cristian Alejandro Troncoso Guidek (34), ocurrida en un siniestro vial en octubre de 2014.

    Fue encontrado culpable del delito de homicidio culposo agravado, porque en plena madrugada manejaba un Chevrolet Corsa II en estado de ebriedad, y excediendo los límites de velocidad. En esas circunstancias despistó sobre la avenida Andresito Guacurarí de Posadas y terminó chocando contra dos árboles en una plazoleta. Troncoso Guidek murió en el acto.

    El tribunal unipersonal que emitió el veredicto sobre su conducta, minutos antes de las 12 del mediodía de ayer, estuvo a cargo del titular del Juzgado Correccional y de Menores Dos, Cesar Raúl Jiménez.

    Durante los alegatos, la fiscal subrogante María Laura Álvarez había pedido el máximo de pena prevista para el tipo de delito enmarcado en el Artículo 84 párrafo 2 del Código Penal, es decir, 5 años de cárcel de cumplimiento efectivo y el doble de inhabilitación para manejar (10 años).

    La defensa de Seredisky, en tanto, representada por el abogado Sebastián Pérez Dorrego, solicitó una pena simbólica de 2 años y 8 meses de ejecución condicional.

    El magistrado, después de analizar los argumentos de ambas partes, redujo las pretensiones de la fiscal pero fijó la pena efectiva en 4 años de cárcel que será cumplida en la Unidad Penal de Loreto recién cuando la condena quede firme y eso podría demorarse puesto que la defensa anticipó que apelará.

    El juicio a Seredisky se dio luego de que provocara su suspensión presentando un certificado psiquiátrico, a fines del año pasado. “Presenta episodios de pánico, alteración del ritmo del sueño, inestabilidad anímica y emocional con accesos de llanto y angustia”, había certificado la psiquiatra Noelia Maldonado.

    Despiste, vuelco y muerte

    El siniestro fatal ocurrió minutos antes de las 5 de la madrugada del 9 de octubre de 2014, sobre la avenida Andresito Guacurarí, entre Félix de Azara y Colón -frente a la Escuela de Música-, cuando el automóvil al mando de Seredisky despistó, embistió dos árboles y terminó volcado.

    Según testigos circunstanciales, la velocidad del rodado al pasar por un badén hizo que se desestabilizara y el conductor perdiera el control, generando el despiste y posterior choque.

    Efectivamente, las pericias oficiales determinaron que el uniformado circulaba a una velocidad mínima de 102,70 kilómetros por hora cuando la reglamentación vial para ese tramo indica un máximo de 60 kilómetros por hora.

    El cuerpo de Troncoso salió despedido del coche y como consecuencia de las graves lesiones que sufrió falleció prácticamente en el acto, aplastado por uno de los laterales del vehículo.

    El informe médico constató “traumatismo grave con pérdida de huesos del cráneo y sustancia del lado izquierdo, múltiples excoriaciones y hematomas en miembros superiores y tórax”.

    Seredisky sufrió apenas lesiones leves, fue derivado al Hospital Madariaga por prevención y a las pocas horas volvió a su casa.

    El test confirmó además que estaba alcoholizado, arrojando 1,10 g/l de alcohol en sangre, en tanto que el análisis hecho al cuerpo de la víctima fatal marcó 1,98 g/l aunque en su caso, no estaba a cargo de la conducción sino que iba en el asiento del acompañante.

    “Seredisky conducía un vehículo automotor realizando una maniobra negligente e inobservando los reglamentos o deberes a su cargo, cuando le era exigible otra, a saber, debía conducir cuidadosamente, con precaución y sin haber consumido bebidas alcohólicas, tal como surge del informe de alcoholemia que arrojó resultado positivo de 1,10 g/l de sangre, llevar una velocidad de 60 kilómetros por hora máximo permitido para la vía en que circulaba, siendo que de las pericias accidentológicas surge que la velocidad mínima del vehículo era de 102,70 kilómetros por hora y antes de iniciar la maniobra de trasponer el badén debía aminorar esa velocidad y así evitar el desplazamiento del vehículo”, se detalla en el dictamen de elevación a juicio elaborado por la fiscal Álvarez como subrogante de la Fiscalía de Instrucción 6 que llevó adelante la investigación.

    La trágica muerte de Troncoso Guidek cobró rápidamente trascendencia pública puesto que era querido en el ambiente policial, siendo además el hijo de la supervisora de una conocida cadena comercial posadeña.

    “Sólo pido justicia”

    “Hemos sufrido tanto con ese accidente. Sólo pido justicia porque mis hijos eran chiquitos y en ese momento nadie se acercó para preguntar, aunque sea, si necesitábamos algo. Mi marido era una excelente persona, no se merecía esto”.

    Las palabras cargadas de angustia, que no disminuyen ni con el paso del tiempo, pertenecen a Lidia Esther Rea, la esposa de Cristian Alejandro Troncoso Guidek (34).

    La mujer no presenció el debate desarrollado en la sala de audiencias del Palacio de Justicia, netamente por una cuestión laboral, pero estuvo al tanto de lo que ocurría a través de un allegado.

    “Nosotros lo extrañamos mucho”, confesó Lidia en un breve contacto que tuvo con El Territorio, y en paralelo expuso que a su familia le cuesta demasiado superar la pérdida de Cristian.

    “Nuestra nena más chica está yendo al psicólogo y el varón no quiere hablar del tema”, dijo, graficando lo duro que fue para ella ponerse al hombro el dolor de la tragedia familiar para sacar adelante a los chicos, que tenían 5 y 11 años cuando sucedió el siniestro fatal.

    Sobre la condena que recibió Seredisky, Lidia prefirió ser cauta a la hora de responder sobre si la deja conforme, más tranquila o si ayudará a sanar un poco esa gran herida. “La verdad, tendría que pensarlo, duele mucho todo esto”, manifestó.

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