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miércoles, 24 abril, 2024
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    El legado de Lohana Berkins, una llama viva para toda la sociedad

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    La activista trans y fotógrafa Florencia Guimaraes consideró a su compañera y amiga Lohana Berkins, en un nuevo aniversario de su muerte, como una precursora del movimiento travesti trans que dejó como legado una ley de Identidad de Género que “le cambió la vida a miles de personas”, pero también “muchas postas para seguir luchando”, como la reparación histórica para mayores de 40 años.

    Guimaraes habló con Télam en vísperas del sexto aniversario de la muerte de la “comandanta mariposa”, como se conoce a Berkins, quien murió el 5 de febrero de 2016 en Buenos Aires.

    “Es muy fuerte que se haya ido en época de carnaval, que es muy significativo para nosotras porque siempre fue un lugar de resistencia, el único lugar público donde podíamos mostrarnos, divertirnos y salir sabiendo que volveríamos a casa, que esa noche no éramos ni detenidas, ni violadas ni violentadas por la policía”, compartió Guimaraes.

    La activista recordó que este año se cumplen 10 de la sanción de la ley 26.743 de Identidad de Género, que “cambió rotundamente la realidad a las personas travesti trans porque a partir de tener un DNI que sí nos identifica, hemos vuelto a la escuela, al sistema de salud y tantas otras instituciones que nos rechazaban”.

    La Berkins, reconocida como la “traviarca”, nació el 15 de junio de 1965 en la localidad salteña de Salvador Mazza.

    “Yo cuando era pequeña pensaba que había habido un error, que tendría que haber nacido mujer y que en algún momento se iba a corregir. Después de haber conocido el feminismo, me di cuenta que yo tampoco era mujer y que mi manera de ser y construirme en el mundo era ser travesti”, dijo Lohana en una entrevista con la TV Pública.

    Ella contaba que esta disidencia interna con la identidad asignada al nacer no desataría conflictos hasta sus 13 años.

    En ese momento en que se hizo evidente que Lohana no respondía a las expectativas del entorno, su padre la llamó aparte y le dio un ultimátum: “O te hacés bien hombre o te vas”.

    “Nunca me explicó qué quería decir ‘ser bien hombre’ y ‘te vas’. Yo decidí irme con la certeza de que me iban a ir a buscar, pero sigo esperando. Ahora, visto a la distancia, para mí fue una cuestión liberadora y no me arrepiento”, compartía.

    Empujada a la prostitución como única alternativa de sobrevivencia, Lohana se mudó a la Ciudad de Buenos Aires a fines de los ’80.

    Como parte de su activismo contra la violencia policial y los edictos que criminalizaban tanto la prostitución como la identidad travesti, Lohana fue cofundadora en 1994 de la Asociación Mujeres Meretrices de Argentina (AMAR) que abandona para integrar la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA).

    Y en 1998 forma su propia organización, la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti Transexual (ALITT) que presidió hasta su muerte.

    Guimaraes señaló que Lohana fue pionera “abriendo puertas” que parecían selladas para la comunidad travesti trans “y por eso es la referente enorme que fue, es y será”.

    Así, “la Berkins” fue la primera persona trans en conseguir un empleo estatal (2000) y en postularse como candidata a diputada nacional (2001), pero también fundó la primera escuela/cooperativa de trabajo para personas travesti/trans de Latinoamérica: la textil ‘Nadia Echazú’, que sigue funcionando.

    “Nos hizo ver que podíamos acceder a otras formas de organización para el trabajo desde su postura abolicionista”, dijo Guimares, quien coordina el espacio Furia Trava.

    Entre las exitosas batallas que dio por la ampliación de derechos, se cuentan la también personería jurídica para ALITT (2003-2007), la inscripción con su nombre elegido en el magisterio (2002), la derogación de los edictos policiales primero y del artículo 71 del Código de Convivencia Urbana después (1998-2004).

    Estas luchas incluían acciones de visibilización muy creativas, como cuando en marzo de 1999 leyó un pedido de asilo político para 65 personas travesti trans frente a la Embajada de Gran Bretaña en Argentina durante la visita de el príncipe Carlos, para reclamar protección ante la vulneración de derechos que implicaba el reformado Código Contravencional para esta comunidad.

    De su personalidad, Guimaraes resaltó su claro sentido de “lo colectivo, su generosidad” y su permanente lucha por la defensa de los derechos humanos que trascendía a los más típicamente vulnerados al interior de la comunidad travesti trans

    “No se quedó en decir ‘bueno, yo llegué a este lugar, logré acceder a un trabajo, tener otra posición económica holgada, ya está’, sino que siguió luchando para que todos puedan tener los mismos derechos que ella conquistó”, valoró.

     

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