Según un informe elaborado por Econviews, un índice a partir de los sueldos básicos de Comercio, Bancarios, Camioneros, Alimentación (STIA) y la UOCRA, arroja una variación anual de 49.2% a octubre de 2021. Para este grupo, la merma real fue de 1.7% en 2021. Con las paritarias vigentes, este índice caería a 40% hacia abril, 10 puntos porcentuales por debajo de una inflación que no estaría por debajo del 50%. La evolución del salario real luego de ese mes dependerá de lo negociado a partir de marzo y, por supuesto, del IPC.
No obstante, desde la consultora advierten que el balance de fuerzas entre el gobierno y los trabajadores deberá sopesarse en el contexto del acuerdo con el FMI. “Más allá de la segmentación, la corrección tarifaria y cambiaria que implica el acuerdo con el FMI puede empujar la inflación hasta aproximarse a un alarmante 60%. La mediana del REM la ve cómoda encima del 50% los próximos 6 meses, y en 57.3% para diciembre, similar a nuestra propia proyección de 58%. La proyección de 33% del Presupuesto 2022 quedó desactualizada, pero el gobierno confía en lograr una desinflación y bajarla hasta 40%”, señalaron.
En este marco, si el gobierno impone su pauta de 40% para las paritarias, y la inflación promedio anual es de 57.4% como pronosticamos, el salario real caerá 6.5% en 2022. Por supuesto, los gremios prevén una mayor inflación y el mismo Moroni dejó la puerta abierta para una “revisión semestral”. Pero un aumento adicional de 15% (55% en todo el año) aún dejaría el salario real 2.2% abajo en este escenario, que vemos como el más probable. Si la inflación anual se acomoda en torno al 52%, la estimación mediana del REM, la pérdida del poder adquisitivo sería de 3.3% con paritarias de 40%, y se mantendría estable con paritarias de 50%. Según sus propias estimaciones, la pauta del gobierno alcanzará para una recuperación del salario real de 1.5%, que imaginamos es lo que alimenta el discurso de que, pese al acuerdo con el FMI, los trabajadores experimentarán una mejora real en sus bolsillos.