A nivel nacional, crece el impacto producido por la ciberdelincuencia. Así, las estafas virtuales se reinventan todo el tiempo. Los métodos suelen ser siempre los mismos, mientras que las excusas para engañar a los usuarios cambian con el contexto. Desde mensajes falsos de WhatsApp que ofrecen trabajo y correos fraudulentos de Netflix que buscan capturar tus datos bancarios hasta llamados que simulan ser del “gerente de Mercado Pago”.
Ante esto, la Dirección de Cibercrimen de la Policía de Misiones apunta a la constante capacitación del plantel de profesionales y la educación de la ciudadanía para evitar los engaños.
En diálogo con El Periodista de Canal 12, la comisario mayor Sandra Ozuna, a cargo de la Dirección de Cibercrimen, brindó más detalles sobre el trabajo realizado ante el avance de los ciberdelitos.
“Lamentablemente la vorágine con la que se manejan (los ciberdelincuentes) nos tiene absortos, porque no terminamos de hacer prevención sobre una modalidad, y ya se generan dos o tres más”, reconoció.
Sin embargo, aclaró que “es política de Estado trabaja con la prevención que es algo fundamental”. También destacó la capacitación del personal policial. “Tenemos un grupo excelente de profesionales que todo el tiempo están trabajando sobre las nuevas modalidades en otras partes del país”, indicó.
El QRishing, una de las nuevas modalidades de estafas virtuales
En ese sentido, recordó que una de las últimas prácticas descubiertas es el QRishing. Se trata de la circulación de documentos apócrifos que simulan ser actas de infracción de tránsito. Estas notificaciones, que los conductores encuentran en los parabrisas de sus vehículos, no tienen validez oficial y no corresponden a documentación emitida por el municipio.
En el caso particular de esta modalidad, el cartel en cuestión, de colores rojo y blanco, advierte a la víctima de turno sobre una falsa infracción de tránsito por haber estacionado mal su rodado. Así, los estafadores instan a la persona a escanear un código QR para verificar la multa impuesta por una falta que, en realidad, no cometió.
Si la víctima escaneara ese código QR, los autores de la estafa podrían acceder automáticamente a la información más confidencial del automovilista.