Tras haber pasado por fallidas experiencias laborales e incentivado por las necesidades económicas, Luis García tuvo una idea innovadora para ganarse el pan de cada día, recorrer en moto por las calles de Posadas ofreciendo servicios de Lava Autos a domicilio.
Es así como todos los días sale desde su casa, ubicada en el Barrio Rocamora de Posadas, arriba de su moto 110, acoplada a un pequeño remolque en donde lleva la hidrolavadora y otras herramientas de limpieza, y se dirige al el Barrio Villa Sarita en busca de nuevos clientes que requieran de su servicios.
Según contó, esta iniciativa surgió hace cuatro años atrás, luego de que en su anterior trabajo le informaron que ya no requerían de su servicio. De esta manera, Luis tomó las herramientas que estaban a su alcance y emprendió su negocio.
En un comienzo sus recorridos los hacía en bicicleta, implicando un gran esfuerzo físico puesto que enganchaba el remolque cargado con utensilios de trabajo y pedaleaba en las duras pendientes de las calles posadeñas. Con el tiempo, a fuerza de sacrificio logró comprarse su herramienta de trabajo más preciada, la moto.
“Fui ahorrando de a poco, lavaba un auto y juntaba esa plata. Así fue como pude comprarme la moto”, explicó, “mi esposa me ayudó mucho también”, agregó, recordando el apoyo en los momentos difíciles de su compañera de vida.
El servicio de lava autos es el principal sustento económico de Luis, cuesta 500 pesos e incluye el lavado exterior e interior del coche. “ Le espiro todo bien, le perfumo, pinto las gomas y uso buenos productos”, explicó.
Además de llevar un ingreso económico a su familia, Luis afirma que su mayor inspiración de todos los días es su nieto de 6 años, puesto que el inmenso amor que siente por el pequeño es su principal motivación, sobre todo en ocasiones donde trabaja bajo las altas temperaturas que se viven Misiones sin una sombra que lo proteja. “Mi nieto es lo más lindo que tengo en la vida”, comentó con la voz quebrada y lágrimas en los ojos.
Sin duda, el vehículo del experimento emprendedor no es lo que lo moviliza todos los días, sino el deseo de llevarle el pan de cada día a su familia y ver la sonrisa de su pequeño nieto
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