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jueves, 28 marzo, 2024
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    La interna radical y el duelo de las cartas

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    Tardaron tres horas pero respondieron la carta. La Mesa de Conducción del Comité Nacional de la UCR había llamado a “cuidar entre todos Juntos por el Cambio”. La mesa chica de Facundo Manes respondió con otro título: “Respetar la pluralidad para construir un mejor JxC”. Agregó que unidad no es silencio ni uniformidad. Y criticó el texto sin firma detrás del cual vieron la mano de Gerardo Morales. Para diferenciarse del nacional introdujeron un último párrafo con firmas de todo el espacio político de la Provincia de Buenos Aires, una señal respaldo a Manes en medio de la jugada que había buscado atomizarlo. Es cierto, sin sello del Partido nacional, pero agrandados por los votos.

    “Este comunicado viene firmado –subrayaron– por el presidente del radicalismo bonaerense, Maximiliano Abad, por Carlos Fernández, presidente de la Convención Provincial de la UCR Buenos Aires y Karina Banfi, vicepresidenta del bloque de Diputados Nacionales de la UCR por la provincia de Buenos Aires”, entre otros. Abad es el Morales del territorio donde ganó Manes y el dueño de los votos del territorio más grande; Carlos Fernández es el reflejo en la Provincia de Gastón Manes, hermano de Facundo con idéntico cargo en la Convención Nacional, parte de la mesa chica y dueño de la firma para las alianzas con otros partidos políticos.

    El duelo de las cartas entre la UCR de Morales y Facundo Manes fue el modo escogido por unos y otros para posicionarse dentro del espacio y mostrar diferencias con el macrismo. Morales no aguantó, dicen, que Manes gané pantalla. Y Manes no aguantó la carta del Partido. La nueva escalada es a la vez otro capítulo de la espiral que se desató el domingo cuando el médico, diputado y aspirante a presidente dijo que durante el gobierno de Mauricio Macri se espió incluso a los propios. Ayer le respondió el Partido; habló Morales en radio y después le marcó la cancha en la tevé cordobesa. Durante el día salió a pegarle uno de los presidenciables del PRO: Horacio Rodríguez Larreta le dedicó unos minutos quirúrgicos durante una entrevista. Un día antes, ya lo había criticado María Eugenia Vidal y la tropa halcón del espacio.

    Durante el día hubo rosca. Voceros atorados por llamados. Un rumor de lío en el Congreso. Y la decisión del entorno de Manes a publicar un hilo de tuit para descalar la estampida y aclarar que no abrieron una denuncia penal contra Macri sino una crítica política. Al final, el tuit se suspendió y por ahora, hay repliegue. Este miércoles, el médico estará en Córdoba para la conferencia de la UIA local, UIC, donde también estará Juan Schiaretti y Larreta. Tal vez se vuelvan a cruzar.

    La batalla de las cartas

    La UCR Nacional publicó su carta temprano, cerca de las ocho. “Cuidar entre todos la esperanza que construyó Juntos por el Cambio”, la tituló. Y dirigió un párrafo al díscolo diputado. “Estamos enfocados en proveer soluciones a todas aquellas cuestiones que angustian a una sociedad muy castigada y, por momentos, escéptica”, dijeron. “Cualquier manifestación que se aparte de ese rumbo, no importa de donde provenga –subrayaron en negrita–, lesiona la esperanza que venimos construyendo desde JxC”.

    Nadie dice si Manes supo que esa carta estaba por salir, pero nadie duda que detrás estuvo la mano de Morales. “Maneja el partido como la provincia –dicen–: dice y saca lo que quiere”. Hubo una lupa sobre el texto. Alguien descubrió que la firma final no tenía la palabra “comité” sino “Conducción” nacional. “¿Decime quién habla de conducción en el radicalismo? Acá hay comités o mesas de discusión, no hay conducción, eso es en el peronismo: a ver si quieren repetir eso de que sólo puede hablar Cristina. La UCR es una mesa donde hablan todos, una mesa de cotorras”.

    La respuesta llegó poco después. Dicen que craneada en la mesa chica de Manes, es decir: su hermano Gastón y el propio Abad. El texto sostiene una línea pública y otra más escondida con mensaje a la interna propia y al amplio espacio del PRO.

    “Acá nosotros tenemos dos premisas para mantener la unidad de JxC”, explican. “Una es lo que se quiere y lo que no se quiere: entre lo que no se quiere está Venezuela, Nicaragua, Rusia y China, pero tampoco se quiere Estado Cero como quiere Milei”. La otra premisa es apertura y aceptación de disidencias. Y de eso hablaron en la carta.

    “Respetar la pluralidad para construir un mejor Juntos por el Cambio”, titularon. Y luego: “Juntos por el Cambio es una construcción política que se propone cambiar lo que vemos mal. Expresar las posiciones con claridad, debatir y no especular es lo que los argentinos esperan de nosotros”. Y luego: “El valor estratégico de la unidad de esta coalición no significa uniformidad, ni complacencia, ni silencio. Significa caminar hacia un objetivo común, hacia un proyecto colectivo que está por encima de nuestras diferencias. Si se hicieron cosas mal –advierten–, debemos corregirlas”.

    El precio de pegarle a Macri

    El PRO estuvo que trina. Sabían que no debían responder para no levantar el tema ni el perfil del candidato, que según algunos no sube en las encuestas sino que baja. Pero nadie se cayó. Después de un primer día con intervenciones de María Eugenia Vidal, Herán Lombardi, Fernando Iglesias y Darío Niego, salió Larreta. “No estoy de acuerdo con lo que dijo”, se despachó. “Además la Justicia ya dijo que Mauricio no estuvo involucrado en espionaje; yo sé fehacientemente que no estuvo involucrado pero además de mi convicción personal, lo dijo la Justicia”, agregó el intendente porteño, espiado durante su gobierno pero además querellante de la causa judicial. Cristian Ritondo usó todos los canales disponibles: “Hay que cuidar la casa común que representa JxC. La gente nos pide que trabajemos para reconstruir el país que rompió el kirchnerismo”. Larreta publicó, además, un tuit.

    El espacio no es igual. Muchos quieren jubilar a Macri, pero dicen que lo de Manes fue una “brutalidad”. “Putear a Mauricio en este momento, no te rinde”, dice uno de los alfiles PRO. “Ahora tenes a toda la sociedad inclinada para ese lado, no tenes margen. Podes buscar formas de desmarcarte, el Pelado lo hace, pero no con esa brutalidad. ¿Con la mesa judicial o la AFI? Fue a un programa con audiencia totalmente amarilla ¿a hablarle al CKF? ¿Qué quiere, acordar con ella? Para eso, ya está Leopoldo Moreau”, chilla.

    La interna radical

    Manes volvió de gira la semana pasada luego de una primera vuelta en todo el país y cálculo metódico que incluyó bajar a todas las ciudades de más de 100 mil habitantes. En ese tiempo dejó la tele. Ahora volvió. Disputa la interna afuera y adentro, quiere ser presidente y no gobernador, jubilar a Macri y pretende que la UCR conduzca la fórmula de JxC. Ser cabeza y no cola de león. Un juego que el PRO no acepta. Y Morales tampoco. El gobernador Jujeño es uno de los presidenciables de la UCR pero Manes tiene los votos. Según el espacio, “de acuerdo a cómo vayan los números” Morales se comprometió a ungirlo como candidato radical en febrero o marzo del año próximo. Pero para eso falta. Y el jefe de la UCR hace valer sus galones.

    Uno de los armadores lo decía de este modo. “Lo que molesta de Manes no es lo que dice, lo que molesta es lo que mide y que no rompe la coalición como vienen diciendo que lo hace desde siempre y él no lo hace”. Y sigue: “Hace 18 meses que Facundo está entre los dirigentes de mejor imagen, pague la encuesta quien la pague. Y eso no sólo molesta al PRO. También a algunos sectores del radicalismo (NdR: lease Morales) se mueren de ganas de correr a cerrar un acuerdo con Macri, en una actitud entreguista del partido en la que sólo se defienden ellos”.

    Otro, más veterano, dice así: “Comparado con otros, Manes es un inocente adolescente”. ¿Ejemplo? “Elisa Carrió; otro ejemplo, el presidente del Partido”.

    Y el primero agrega: “Si Morales sale a pegarle a Macri nadie dice que rompe, si Carrió sale y dice que Ritondo es narcotraficante, nadie dice que rompe; pero si lo dice Manes, dicen que rompe”. Y sigue: “Hicieron todo lo posible para que no sea candidato. Él siguió. Se metió en la UCR, y desde ahí le dijeron que venía a debilitar la coalición. Y después, no sólo no se fue y acompañó a Santilli en la Provincia, además le aportó los votos a la coalición sin los cuales no hubiesen ganado la Provincia de Buenos Aires”.

    Manes por ahora bajó el tono. En la UCR quedaron otros heridos, desde el entorno de Martín Lousteau están convencidos de que el médico se sobregiró. Los halcones radicales no lo quieren. Mientras tanto, el médico sabe que su peso son votos. Ahora moderará, aclarará, pero, dicen, no va ir para atrás. Continuará tensionando. Con Macri.

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