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viernes, 29 marzo, 2024
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    Mercedes D’Alessandro: “Hay que trabajar un poco más sobre distintos escenarios”

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    “Si dos mujeres están hablando en el pasillo, seguro que son chismes. Si son dos hombres en el pasillo, rosquean, hacen política”. La descripción de Mercedes D’Alessandro la pinta en una faceta un poco más política. La economista misionera fue el centro de atención en el debate sobre la construcción de liderazgos femeninos. Su paso por el ministerio de Economía, abre el camino para pensar en una “perspectiva de género” y aunque abandonó el equipo de Martín Guzmán, está decidida a seguir peleando espacios que sirvan para esa construcción.

    Por eso, en el debate realizado en el Concejo Deliberante de Posadas, D’Alessandro instó varias veces a las mujeres a involucrarse para influir en la toma de decisiones y comenzar a transformar realidades. Los datos que compartió sirven para dimensionar todo lo que todavía hace falta para achicar las brechas de género.

    En el diez por ciento más pobre de la población, siete de cada diez son mujeres. En el diez por ciento más rico, sólo tres de cada diez son mujeres.

    Al mismo tiempo, la economista reveló un contraste inédito: al principio de la pandemia, la participación económica de las mujeres retrocedió dos décadas. Ahora, en cambio, la participación femenina supera el 50 por ciento con niveles de empleo del 46 por ciento.

    ¿Por qué se da ese fenómeno?

    Los últimos datos del Indec son del cuarto trimestre del 2021. Eso muestra que la participación económica de las mujeres es muy alta, supera el 50%, es decir que son mujeres que se encuentran trabajando o buscando trabajo, también muestran altos niveles de empleo, que supera el 46%. Estos datos son récord en la serie que publica el Indec, desde 2016 recién se empieza a desagregar entre varones y mujeres. Pero entendemos que es un récord más amplio porque la participación económica de las mujeres y el empleo de las mujeres viene creciendo desde hace tiempo. Es decir, no es que uno mira atrás y en los 90 había más del 70%, al contrario, había bastante menos.

    Es un fenómeno, porque cuando comenzó la pandemia muchas mujeres tuvieron que salir del mercado laboral…

    Sí, lo que encontramos es que el primer impacto en la pandemia es muy fuerte y sobre todo asimétrico. Golpea sobre todo a las mujeres y lleva los niveles de participación económica al año 2002. Esto es algo que pasa en toda la región, en el mundo en general, la Cepal, por ejemplo, que es el centro de estudios de Latinoamérica y el Caribe demostró que las mujeres retrocedieron dos décadas en participación laboral. De hecho, la Organización Internacional del Trabajo, dice que en la región en Latinoamérica y el Caribe, de los 4,7 millones de puestos de trabajo que deben recuperarse desde la pandemia, 4,2 millones pertenecen a mujeres. Lo que quiero decir con esto es que la situación de Argentina es bastante atípica. Argentina y Bolivia, son los únicos países de la región que están exhibiendo esta participación económica y de empleo de las mujeres. Entendemos que tiene que ver con un proceso que en Argentina se puso en marcha, de visibilidad de este problema. Todo el 2020 las mujeres estuvieron muy detrás en el mercado laboral, el 2021 hubo una recuperación muy rápida de varones en los niveles de empleo al principio y las mujeres recién al final del 2021. Se pusieron en marcha muchas políticas, como, por ejemplo, el programa Registradas donde el Estado paga la mitad del salario de una empleada de casas particulares siempre y cuando se encuentre formalizada, lo hace por seis meses, pero eso ha servido para formalizar el empleo de más de 12 mil mujeres desde que se creó este programa. Parece poco en un mercado laboral que tracciona más de un millón de empleos, pero lo cierto es que el sector registrado de ese mercado laboral es muy pequeño, no supera el 25%. Después también a fines del 2021 pusimos en marcha el programa “Previaje”, que tracciona sobre un sector que está muy feminizado en los empleos que es el de los servicios, como la gastronomía, los hoteles, la cultura, esto hace que más mujeres participen en el mercado laboral porque ese sector tiene un incentivo adicional por parte del Estado. Hubo y hay políticas que tienen perspectivas de género que ponen de alguna manera incentivos en la contratación de mujeres, o que actúan en sectores feminizados que estuvieron postergados durante la pandemia.

    Lograste, en realidad es una construcción, pero ¿se logró ya en Argentina hablar de presupuestos con perspectiva de género, habrá cambios, se van a notar esos cambios?

    En 2020 armamos un presupuesto con perspectiva de género, que decimos que está en construcción porque armar un presupuesto con perspectiva de género es transformar metodologías, conocimientos, estadísticas, procesos, que pueden ser cantidad de personas a las que te dirigís, o en construcción, cantidad de unidades producidas. Así que hay que transformar muchas metodologías y conseguir compromisos políticos para que se lleven adelante políticas que cierren brechas de desigualdad. Desde que se cerró el presupuesto nacional en 2020, que era para el 2021, con perspectiva de género lo que sí tuvimos es un efecto muy grande en las provincias. Hoy tenemos 16 provincias que trabajan con iniciativas de proyectos de presupuestos con perspectiva de género. La última en sumarse a principios de este mes, fue Salta. Hay algunas que ya han avanzado muchísimo, en Santa Fe, Buenos Aires tiene una ley. Hay provincias que han avanzado muchísimo y eso fortalece un proceso colectivo en el que se van afianzando las metodologías. A nivel nacional tuvimos el problema de que el presupuesto 2021 no se aprobó, también tenía perspectiva de género, porque también lo habíamos hecho en esa misma clave. Hoy se está por hacer una extensión de presupuesto por decreto. ¿Que tenga perspectiva de género qué significa? Que primero se haga un diagnóstico de la situación que muestra cuál es la situación económica de los segmentos en donde hay inconvenientes y dónde se pueda apuntalar. También habla de recaudación con perspectiva de género, porque hay impuestos que se fueron modificando para dar lugar a la disparidad que hay entre varones y mujeres en cuanto los ingresos, pero también Ganancias, que puedas tener una devolución por cuidado, es decir, cuando tengas que contratar un servicio de guardería, una persona que cuida en tu casa, que limpia, etc, antes era solamente una empleada doméstica, ahora es por cuidado de niñas y niños. Eso también lo podés deducir de Ganancias, en la parte de los gastos, en la parte de inversión y gastos del Estado, también tiene que ver cómo se recauda, pero tuvimos ese pequeño inconveniente el año pasado.

    Argentina parece que está constantemente al borde del abismo, más allá de la perspectiva de género, más allá de tu mirada ¿qué opinas de esta situación?

    Creo que estamos en una situación difícil a nivel del país, hay cuestiones políticas y económicas a nivel también mundial. Estamos saliendo -ojalá- de una pandemia, que trastrocó el paisaje productivo a nivel internacional, con una recuperación muy despareja, no solo entre varón/mujer, sino en sectores productivos. Hay sectores como el turismo y la cultura que recién se empezaron a recuperar a finales del año pasado en Argentina, pero hay lugares del mundo en que todavía no. Hoy Shangai en China tiene 16 millones de personas en cuarentena. A eso se le suma la guerra de Ucrania y Rusia, que afecta a la producción de combustibles, que afecta al precio de los alimentos. Hay algunas advertencias con respecto a este problema: António Guterres, el secretario general de la ONU, advierte sobre la inseguridad alimentaria. Dado que gran parte de lo que se produce en Ucrania y Rusia va a parar al fondo de alimentos que tiene la ONU, para países que están en crisis alimentaria, que son países africanos, países centroamericanos, países con refugiados por conflictos bélicos, o problemas de cambios climáticos como huracanes, ciclones, etc. Ellos están advirtiendo que la caída en la producción de alimentos afectará a los bolsones de alimentos que se utilizan para las crisis humanitarias, y va a dar lugar a problemas de hambruna. El Fondo Monetario Internacional, formó un fondo de resiliencia, la ONU también lo tiene, eso nos está alertando sobre una situación hacia 2023 con escasez de alimentos. En el invierno de Argentina se espera que haya conflictos con el acceso a la energía, entonces todos esos vectores hacen que tengamos que estar muy alertas, que haya más de un escenario para trabajar en las cuestiones económicas, donde si todo sale bien, bueno, pero si no sale tan bien, hay que tener las cosas para trabajar sobre la mesa. Creo que algunos problemas políticos están obstruyendo esos debates, que cuanto más rápido se solucionen esos problemas políticos mejor vamos a avanzar.

    Problemas políticos que no son solo de la oposición, sino internos, no…

    Sí, sobre todo los internos. Estos días anunciaron medidas que tienen que ver con la inflación. La inflación en la Argentina está muy alta, los índices que se publicaron del mes pasado, en términos mensuales no había un nivel tan alto desde hace 20 años, en términos anuales desde hace 30. Así que son números que preocupan, parte de esos números son estructurales, parte son importadas por los conflictos con la guerra y la disparada de precios de combustibles y alimentos. Pero lo bueno, es que se pudo aprovechar que el aumento de precios de alimentos va a dar más margen de recaudación en el periodo siguiente y ese aumento en las arcas del Estado, ponerlo en los ingresos de los sectores que están sufriendo más este problema.

    ¿Están bien diseñadas esas medidas?

    Las veo bien, las veo como un paso a que mejore más sustancialmente y más sosteniblemente, pero sí me parece que son medidas adecuadas, porque va a haber un ingreso más importante inesperado en las arcas del Estado, por recaudación por el precio de los alimentos a nivel internacional y está bien que eso se oriente a fortalecer los ingresos de las personas que más consumen alimentos. Porque cuando hablamos de los sectores más vulnerables, de los que reciben la AUH, los jubilados y jubiladas de la mínima, los trabajadores informales, en general la canasta de consumo de esas personas son alimentos, viviendas y transporte, son las necesidades más básicas.

    Ahora, ¿alcanza todo esto?

    No, esto no alcanza, tenemos problemas de precios que vienen de larga data, en donde hay que buscar medidas más sostenibles. Hemos tenido controles de precios, canastas de precios, que dan resultados cortos. Por eso digo que los debates políticos que se están dando son importantes. No solo se están dando en Argentina, sino a nivel mundial, hace poquito leía un informe de la OXFAM, que hablaba de los problemas de la guerra y los precios de los alimentos: habrá 200 millones de personas que van a ingresar en la pobreza, en este periodo. Además, muestra que hay países que vienen de un estrés financiero por la pandemia, porque tuvieron que invertir, como nosotros tuvimos que invertir en el ATP, el IFE, el refuerzo de los bonos de la AUH, el Alimentar, etc. Muchos países tuvieron que establecer políticas para sostener y recomponer las economías y vienen obviamente desgastados, a esto se le suma la pandemia, eso implica que muchos van a tener que recurrir al financiamiento externo, que implica elaborar planes con el Fondo Monetario Internacional, con el Banco Mundial, con los diferentes organismos de créditos multilaterales. Esto resulta en un estrés financiero muy grande. OXFAM mostraba que hay países que van a pagar 43 mil millones de dólares en servicios de deuda, que si se pudieran volcar a alimentos les salvaría de cuestiones de hambre. No hablamos de pobreza, no va a alcanzar para llegar a la canasta básica alimentaria. OXFAM ahí propone que no se cobren intereses, servicios de deuda, durante este año y el que viene, hay muchas cosas que se proponen. El propio FMI recomendó que las empresas tributen más, como el impuesto a la renta inesperada que propuso el ministro Martín Guzman, que tiene que ver con gravar por única vez, o de manera temporaria, a aquellas empresas que están teniendo ingresos extraordinarios a través del conflicto bélico, que ha disparado toda esta escena de precios a nivel internacional. Se están dando los debates. La pandemia hizo que haya una mayor concentración de los ingresos, que haya más ricos y muchos más pobres, ¿quien se apropia de esto que es una tragedia humanitaria? La pandemia ha dejado esto.

    O sea, es correcta la posición de la Argentina en la renegociación de la deuda…

    Sí, tenemos obviamente restricciones grandes, el problema con el Fondo Monetario, tiene restricciones grandes porque tenemos que cumplir las metas. Ahora se van a poner en marchas las audiencias públicas por los servicios públicos, eso va a traer un correlato, porque el aumento que haya en los servicios va a tener un impacto sobre la inflación, se van a retroalimentar esos sistemas, entonces hay cuestiones en las que hay que trabajar con mucha precisión y mucha destreza para encontrar soluciones.

    ¿Ves un rumbo sólido para la salida?

    Sí, yo soy una persona exigente y creo que hay que trabajar un poco más sobre escenarios y veo que hay veces que pensamos que las cosas se pueden ir resolviendo más sobre la marcha. Tenemos que sentarnos e ir teniendo planes a corto, mediano y largo plazo, con escenarios disímiles, para fortalecer la respuesta, para que esas respuestas sean más sostenibles en el tiempo.

    Para que no sean escenarios cíclicos…Claro, por eso te digo, para mí las medidas que se tomaron son correctas, pero se podría hacer también de otra manera para que sean sostenibles, ver cuáles son los sectores que necesitan más atención y trabajar sobre eso. De qué manera podemos generar mecanismos para no generar sobreprecios, hay muchas cosas a discutir y me parece que nos hace falta más concentración.

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