Los cuestionamientos al plan de Guedes que los industriales expresaron a los diplomáticos argentinos también se hicieron públicos en las últimas horas. “No habrá industria automotriz. Seremos exportadores de productos agrícolas y hierro. En la agenda exportadora domina la agroindustria. Alguna vez fuimos un importante exportador de productos manufacturados, pero perdimos nuestra posición. Sin incentivos y sin planes, no veo futuro”, dijo Adalberto Maluf, titular de una de las asociaciones que agrupan a las firmas del sector.
Los empresarios también cuestionaron fuertemente la idea de que el bloque flexibilice su agenda de relacionamiento. “Los acuerdos con países asiáticos pueden provocar una caída del empleo y la producción”, destacó la Confederación Nacional de la Industria de Brasil en un comunicado que dio a conocer en las últimas horas. Según un estudio de impacto realizado por esa entidad, las ganancias por acuerdos comerciales con Corea del Sur, Indonesia y Vietnam no compensan las pérdidas y causarían un perjuicio de 12.800 millones de dólares en la balanza comercial.
Las quejas del empresariado también abrieron una interna dentro del gobierno de Bolsonaro. La posición de Guedes ya no es compartida por Itamaraty. El canciller Carlos França y Flavio Viana Rocha, secretario de Asuntos Estratégicos, mantienen un diálogo fluido con Scioli. También conversaron con el canciller Felipe Solá durante la toma de posesión del presidente ecuatoriano Guillermo Lasso y buscan arribar a un acuerdo.
Argentina propuso una baja segmentada que implicaría una reducción del 10,5% en las alícuotas. La iniciativa apunta a bajar el costo de los insumos pero plantea sostener la protección sobre bienes finales, sobre todo en los sectores considerados sensibles que podrían perjudicarse con una mayor apertura.
En las últimas semanas, además de conversar con empresarios, Scioli recabó apoyos políticos para la posición argentina en sus encuentros con los expresidentes Fernando Henrique Cardoso, Luiz Inácio Lula da Silva y José Sarney. Los ex mandatarios también cuentan con representación parlamentaria y podrían ser fundamentales para fortalecer a la iniciativa que presentó Solá y que se discutirá a mediados de este mes, cuando se concrete el próximo encuentro de cancilleres.