Brechas de género y acceso a puestos jerárquicos
Las mujeres constituyen apenas el 20,7% de la masa laboral en la industria y enfrentan dificultades estructurales para acceder a espacios de poder. Iniciativas como la Red de Mujeres Industriales buscan transformar el rol femenino en esta rama de la economía.
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En la industria argentina la brecha de género es particularmente grande y el techo de cristal es difícil de romper. Así lo reflejan informes oficiales y sectoriales sobre la participación de las mujeres en el sector. Es una realidad que iniciativas como la Red Mujeres de la Industria Argentina buscan transformar.
Un estudio reciente del Centro de Estudios para la Producción (CEP), perteneciente al Ministerio de Desarrollo Productivo, indica que en promedio las mujeres constituyen el 20,7% de la masa laboral en la industria. En lo que respecta a mujeres en puestos de decisión, el promedio global es del 10,3%. En el caso de las grandes empresas, la cifra es aún menor: solo el 4%.
Estos datos en la muestra realizada por el CEP corroboran otros similares relevados tiempo atrás en un informe de la CTIO-Género en el Ministerio de Trabajo. La participación de las mujeres en el empleo registrado industrial era del 19% a fines de 2016. En contraste, su participación fue más alta en comercio (35,1%) y servicios (44,4%). Al desagregar servicios queda expuesta la feminización extrema en rubros como enseñanza (73,6%), salud (71,2%) y trabajo doméstico remunerado (98,7%).
En lo que respecta a las mujeres en la industria, el informe del CEP relevó la proporción de mujeres en las empresas y en los cargos de decisión por actividad industrial. Tienen una presencia laboral fuerte en empresas de confección (51,4%), farmacéuticas (35,3%) y textiles (31,1%). No obstante, su participación en puestos de decisión (gerenciales, por ejemplo) no supera el 20% en todos los casos, con excepción de las empresas de confección (casi 25%).
En el otro extremo están otras actividades industriales en las que tienen una participación aún menor. Carrocerías (8,1%), otros equipos de transporte (8,4%) y madera (8,7%) son los sub sectores industriales que menos mujeres emplean en promedio.
La baja presencia de mujeres en empresas relacionadas directa o indirectamente con la actividad metalúrgica (maquinaria y equipo, aparatos domésticos, autopartes, etc.) también fue advertida en un informe especial sobre mujeres en el sector metalúrgico, elaborado por la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA).
El relevamiento realizado en febrero por ADIMRA Equidad arrojó que en el 82% de las empresas encuestadas las mujeres componen el 25% o menos de su fuerza laboral y sólo el 17% están lideradas por mujeres. En promedio general, el 11% de las personas que trabajan en las empresas metalúrgicas son mujeres.
Por otro lado, la distribución global de las mujeres según puestos de trabajo indica que el 39% ocupa puestos de administración, el 32% ocupa puestos operativos, 11% esta en las jefaturas en administración, 11% en direcciones, 3% en jefaturas en producción y el resto en otros cargos.
“La dificultad a la que se ven las mujeres expuestas para ocupar cargos jerárquicos es un tema que excede al sector metalúrgico y se presenta en todos los ámbitos laborales en general. Desde ADIMRA aspiramos a trabajar fuertemente en capacitación y sensibilización para contribuir a la inclusión plena de las mujeres en las empresas”, explicaron desde esta asociación a El Grito del Sur.
Una de las principales restricciones a la hora de contratar mujeres es la falta de infraestructura adecuada (baños, vestuarios, etc.). En ese sentido, el 33% de las empresas considera importante trabajar en líneas de financiamiento especiales para superar esas restricciones.
“Las empresas han manifestado un gran interés en recibir capacitación sobre todos los temas que hacen a la perspectiva de género. Desde ADIMRA algunas de las temáticas que se trabajarán a lo largo del año serán liderazgo femenino, cursos de oficios orientados a mujeres, inclusión financiera, normativa laboral vinculada a la equidad de género, prevención y lucha contra la violencia en el ámbito de trabajo y el hogar, entre otras”, señaló organización empresarial.
RED DE MUJERES INDUSTRIALES
El gobierno nacional trabaja en políticas para reducir la brecha de género y salarial en la economía. Desde el sector privado, las mujeres empresarias también llevan adelante iniciativas para impulsar una mayor equidad de género en las organizaciones empresariales y en las empresas.
Con ese fin, el martes pasado fue presentada la Red de Mujeres de la Industria Argentina (MIA), una iniciativa en el marco del programa Ganar-Ganar, implementado por la Organización Internacional del Trabajo, ONU Mujeres y la Unión Europea, y que se desarrolló en colaboración con la Unión Industrial Argentina (UIA) y la UIPBA. La red busca conectar y potenciar la participación de las mujeres en los espacios de representación de la entidad en todo el país, como forma de poder llevar la voz de las mujeres de la industria con propuestas concretas y a su vez acercar las herramientas desarrolladas por el gobierno.
Irini Wentinck, empresaria industrial y presidenta de la Comisión de Género y Diversidad de la UIA, explicó a este medio los orígenes y objetivos de la Red MIA. El germen de la red es el Departamento de Mujeres de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), creado años atrás para entender “dónde estaban las barreras para que las mujeres pudiéramos crear nuestras propias empresas y hacerlas crecer”.
En dicho proceso comenzaron a descubrir barreras que eran inconscientes. “Para participar en los espacios de representación empresarial hay que hacerlo fuera del horario laboral y restarle tiempo por ejemplo a tu familia o empresa. Es por eso que estos espacios son tradicionalmente ocupados por varones y se genera una retroalimentación en la que, como estos espacios son ocupados por hombres, las mujeres no sentían que era un espacio para ellas”, reflexiona Wentinck.
Pero la creación del departamento en la UIPBA abrió la participación femenina y fue despertando el interés de más colegas. “Vimos que las mujeres al querer ser parte también empezaron a querer colaborar con la institución. Hoy las mujeres ya no están más en el departamento sino en roles de gestión dentro de la institución”, repasa la integrante de la Junta Directiva de la UIA.
Desde el departamento comenzó a irradiar un proceso de transformación en los espacios de poder. Históricamente ocupados por hombres, la presencia de mujeres en puestos de representación pasó en poco tiempo del 5% al 35%. “La mujer nunca tuvo acceso a este tipo de espacios y empieza a valorarlos porque son espacios de transformación, para que las pequeñas y medianas empresas puedan crecer”, explica la empresaria de WTK Wentinck.
El cambio también viene tocando las puertas de la UIA. En 2019, Carolina Castro ingresó en el Comité Ejecutivo de la Unión, convirtiéndose en la primera mujer en integrar el máximo espacio de decisión en la organización empresarial. Quizás sean tres dentro de poco. Miguel Acevedo, actual presidente de la Unión, se expresó a favor del cupo de género y deseó que al menos tres mujeres integren el comité en el próximo recambio de autoridades.
Por lo pronto, la Comisión de Mujeres y Diversidad apuesta a una mayor construcción territorial mediante los seis nodos regionales que integran la Red MIA: NEA, NOA, Cuyo, Centro, Sur y Buenos Aires. “El mayor desafío de cada nodo es impulsar la mayor participación de las mujeres, acercarlas a las cámaras que ya existen y que puedan llevar sus problemáticas territoriales y contar con información y capacitaciones para que las empresas puedan crecer y potenciarse. Se trata de generar conectividad genuina entre las empresas lideradas por mujeres”, explica la empresaria.
La Red de Mujeres de la Industria Argentina busca resolver los problemas y las restricciones materiales que limitan el crecimiento de las empresas lideradas por mujeres. Una transformación que comienza por la capacidad de convencimiento grupal y organizacional. “Muchas de las barreras que existen para que las mujeres podamos acceder a estos espacios son inconscientes. Es muy difícil levantarlas en soledad. Por eso es tan importante la construcción y participación en redes”, concluye Wentinck.