El Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a mejorar los pronósticos de crecimiento de la economía argentina para este año, desde el 5,8 por ciento previsto en abril y el 6,4 de julio pasado al actual 7,5 por ciento. En tanto, las perspectivas de avance para el año que viene se mantienen en el 2,5 por ciento.
Las cifras forman parte del informe de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO, por sus siglas en inglés), presentado en el marco de la Asamblea Anual del FMI y del Banco Mundial. La delegación argentina en Washington está encabezada por el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el titular del Banco Central, Miguel Pesce, quienes negocian con las autoridades del Fondo un nuevo acuerdo de financiamiento para el país.
El FMI proyecta una recuperación de la economía de América del Sur del 6,3 por ciento para este año. Brasil está por debajo del promedio, con el 5,2 por ciento, y Chile y Perú por encima, con proyecciones del 11 y 10 por ciento, respectivamente. La Eurozona cerraría con un crecimiento del 5,2 por ciento y los Estados Unidos, del 6 por ciento. En tanto, China haría lo propio con una mejora del 8 por ciento y la India, con el 9,5.
En negociación
Si bien en términos de performance de crecimiento en 2021, Argentina quedó relativamente bien parada, la economista jefa del Fondo, Gita Gopinath, advirtió durante la presentación del WEO que en el país “las expectativas de inflación no están ancladas, en parte a raíz de la dependencia del financiamiento monetario”. Al mismo tiempo, Gopinath consideró que “Latinoamérica es una de las regiones en donde vimos la inflación aumentar de manera más amplia”.
En sus conversaciones con el staff técnico y político del FMI, el ministro Martín Guzmán busca transmitir que la restricción externa, es decir, las complicaciones crónicas para contar con las divisas necesarias para el funcionamiento de la economía, es el principal problema macroeconómico nacional. De forma implícita, esa mirada implica correr el eje del tradicional recetario del Fondo vinculado a las reformas estructurales para achicar el peso del Estado.
Gopinath agregó que el FMI “continúa trabajando en forma estrecha con el Gobierno para arribar a soluciones que generen un crecimiento más sustentable”. Respecto de las cifras de inflación en la Argentina, el FMI se excusó de realizar proyecciones debido a las negociaciones en curso para reprogramar el crédito de 44 mil millones de dólares otorgado al gobierno de Mauricio Macri.
En cuanto a los números de empleo, el Fondo estimó que el desempleo bajará desde el 11,6 por ciento del año pasado al 10 por ciento este año, tendencia que continuaría en baja para 2022, al proyectar una tasa de 9,2 por ciento.
Desigualdad
El FMI prevé que la economía global crezca 5,9 por ciento este año, apenas por debajo de la estimación previa. “La recuperación global continúa en medio de una creciente incertidumbre. La variante Delta está dificultando una completa vuelta a la normalidad”, consideró Gopinath. “Los quiebres de oferta en cadenas de producción han causado problemas más largos de lo esperado, alimentando la inflación en muchos países”, agregó.
Más allá de ese cuadro general, lo cierto es que la economía global presenta al menos dos velocidades, una para las economías desarrolladas y otra para las emergentes. “Estas divergencias son una consecuencia de la gran brecha en el acceso a las vacunas y las grandes disparidades en apoyo a las políticas”, agregó el Fondo.
“A nivel mundial, se espera que la producción del grupo de economías avanzadas recupere su trayectoria de tendencia prepandémica en 2022 y la supere en un 0,9 por ciento en 2024. Por el contrario, el grupo de economías de los mercados emergentes y en desarrollo (excluyendo China) se mantendrá un 5,5 por ciento por debajo del pronóstico prepandémico en 2024”, indica el informe del FMI.
