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jueves, 18 abril, 2024
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    Pese a los amagues, no hubo éxodo fiscal, solo 1845 personas emprendieron la retirada en un año y medio

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    Luego del triunfo de Alberto Fernández en diciembre de 2019, algunos críticos amenazaron con irse del país e incluso hubo empresarios, como Marcos Galperín, que sí lo hicieron. Al poco tiempo, el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou flexibilizó las condiciones para acceder a la residencia fiscal en el país vecino. A través del decreto 163/20 redujo la exigencia patrimonial de casi 2 millones de dólares a apenas 380 mil dólares. De ese modo, buscó captar fundamentalmente a los argentinos que se quejan por la presión fiscal argentina. Sin embargo, según los registros administrativos de la AFIP, en 2020 los que tramitaron la baja de impuestos por cambio de residencia fiscal fueron apenas 1500 personas y durante los primeros seis meses de este año se sumaron otras 345.

    En el organismo que encabeza Mercedes Marcó del Pont monitorea en forma permanente el cumplimiento de las condiciones estipuladas en la ley para el cambio de residencia fiscal con el objetivo de evitar maniobras elusivas”, indicaron desde el organismo.

    La baja de impuestos por cambio de residencia a Uruguay alcanzó hasta los 115 casos en los primeros seis meses de 2021. La cifra representa el 33 por ciento del total de los cambios de residencia registrados este año. “A través de distintas herramientas de fiscalización el organismo evalúa que quienes tramitaron el cambio de residencia cumplan con la normativa vigente”, expresaron colaboradores Marcó del Pont.

    La ley de Impuesto a las Ganancias prevé que las personas humanas perderán la condición de residentes en Argentina cuando adquieran la condición de residentes permanentes en otro país. Una segunda posibilidad estipulada en la legislación es cuando los individuos permanecen en forma continuada en el exterior durante un período de doce meses, caso en el que las presencias temporales en el país de hasta noventa días no interrumpirán la continuidad de la permanencia.

    De esa forma, la normativa vigente establece que para perder la residencia fiscal los contribuyentes deben realizar una mudanza internacional -familia incluida- sin intenciones de regresar al país. Y aún, cuando el contribuyente estuviera dispuesto a realizar tal esfuerzo afectivo y de desarraigo, es importante recordar que se continuará tributando en Argentina por las ganancias y bienes que se posean en el país.

    Existen dos criterios utilizados por la AFIP para considerar que una persona humana que obtuvo la residencia permanente en otro país vuelve a ser residente en Argentina. El primero es cuando el individuo mantiene su vivienda permanente en Argentina. Y, en el supuesto de que mantengan viviendas permanentes en el país y en el Estado que les otorgó la residencia permanente o que los considera residentes a los efectos tributarios, la baja de la residencia se establece cuando el centro de intereses vitales se ubica en la Argentina.

    De acuerdo a la normativa vigente, el “centro de intereses vitales” es el lugar donde desarrolla su actividad comercial, social, etc. Por ejemplo, en el caso que los hijos menores continúen en una escuela argentina podría inferirse que su centro de intereses vitales se encuentra en Argentina. A igual resultado arribarán las tareas de fiscalización si el grupo de pertenencia social se encuentra radicado en el país.

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