“Los índices de desocupación son alarmantes. Estamos ante la posibilidad de distribuir más equitativamente un bien escaso como el empleo”, agregó el diputado oficialista.
Según su proyecto, “la duración del trabajo no podrá exceder de ocho horas diarias o cuarenta horas semanales para toda persona ocupada por cuenta ajena en explotaciones públicas o privadas aunque no persigan fines de lucro”.
Es decir que la nueva ley aplicaría a personal del ámbito público y privado, y hasta a las organizaciones sin fines de lucro, fundaciones y organizaciones no gubernamentales, pero no afecta a los negocios o empresas familiares.
Muchos países del mundo aplicaron la norma de las jornadas de trabajo de no más de ocho horas, hizo notar el legislador, y en “Chile, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Japón e Islandia muestra buenos resultados”.