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sábado, 20 abril, 2024
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    Quiénes son los empresarios que negocian política con el Gobierno

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    Más allá de los temas que se trataron en la mesa, la comida que el Presidente Alberto Fernández compartió el martes último con dueños de las empresas más poderosas del país, fue un gesto político concreto hacia al establishment. Para el Ejecutivo y sus ministros, hoy, las críticas, pases de facturas, reclamos y negociaciones, tienen que darse en un encuentro cara a cara, protegido y abierto, lejos de los flashes y las operaciones mediáticas. No es casual que ese almuerzo se haya dado, precisamente, horas antes del inicio del Coloquio de IDEA, que se ha caracterizado en los últimos años por ser una tribuna de contrastes con el peronismo, plagada de gerentes más que de dueños, que suelen traducir climas propios más que buscar soluciones a los problemas.

    Varios de los ministros que estuvieron en la reunión de la Rosada vienen trabajando a diario en una atomización del nexo empresario. Aclaran, de todos modos, que no buscan una rutpura con el orden establecido, sino “alternativas” que mejoren el escenario y que contribuyan a desmitificar el tan mentado ideario de un peronismo reacio al sector privado. Esta idea se plasma, de hecho, en la confirmación de Presidencia de la Nación de que el primer mandatario será de la partida en el cierre del Coloquio de IDEA, una plaza históricamente ignorada en los años del kirchnerismo.

    En este contexto, hay empresarios que se vienen sumando, voluntariamente, al cambio de perfil en el contacto con el poder político. El Consejo Agroindustrial, sintetizado como el campo negociador, realizó en las últimas horas un plenario cerrado y participó a los ministros de Agricultura, Julián Domínguez, y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; y Roberto Arias, que llegó en representación del ministro de Economía, Martín Guzmán. Hace tiempo vienen dialogando con el propio Fernández y hasta, directa o indirectamente, con la vice Cristina Kirchner. Otro de los activos en esa dinámica es el ceo de Toyota, que en las últimas horas volvió a albergar al Presidente en una recorrida por la planta de la firma. Todos ellos tienen a la articulación como el antídoto al conflicto eterno.

    Jorge Brito, actual titular del Banco Macro es, quizás, uno de los que desde más temprano entendió que el vínculo es con la política, aún cuando hay diferencias. Él, junto a Francisco De Narváez, nuevo actor del retail con la ex Walmart (Ahora Chango Más), fue quien articuló la reunión con el Presidente en una cena compartida con Máximo Kirchner, Sergio Massa y Eduardo Wado de Pedro. El “colorado”, como todos conocen al ex Casa Tía, salió incluso hace unas horas a contrarrestar interpretaciones periodísticas de la reunión con Fernández y explicó los puntos que se trataron sobre la cuestión de la negociación por la deuda. Lo propio hizo Javier Madanes Quintanilla, el dueño de Aluar, que refirió además a que no hay diferencias en el Frente de Todos sobre la necesidad de llegar a un acuerdo. Madanes es, además, uno de los que siempre prefiere el “on”. En esa reunión se animó a plantear la inconveniencia de una reforma laboral, tema tabú en el establishment.

    Esa atomización de la negociación es, también, un anhelo de muchos de los sectores de la Unión Industrial Argentina (UIA), donde hay una tensión latente por los problemas que genera hacia adentro que sólo los integrantes de la mesa chica jueguen mano a mano con el Gobierno. Tanto es así que muchos dirigentes del interior prefieren ir por la suya a sentarse en la mesa del Gobierno. Un cambio de época que ordena y, además, es una señal de modificación a la lógica de los gerentes de las empresas que marcan la agenda.

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