El fuego sigue descontrolado en San Javier y ya son más de 150 las hectáreas que se quemaron en tres días. Las llamas tomaron el corazón productivo de la localidad, en la zona de Paraje Santa Irene, donde los colonos ven como el esfuerzo de todo el año se va consumiendo.
El incendio se originó el martes en una de las chacras en el Paraje Santa Irene y el miércoles por la tarde avanzó hasta el predio municipal La Tosquera que es utilizada como basural expandiéndose rápidamente.
Caña de azúcar, yerba mate, monte nativo, verduras y frutas de estación se consumieron en los incendios que comenzó en una chacra en el Paraje Santa Irene y que avanza sin control pese al esfuerzo de los Bomberos Voluntarios de San Javier, personal del Regimiento de Infantería de Monte 9 de San Javier.
La lucha es desigual, mientras el viento aviva el fuego los bomberos y voluntarios pelean con pequeñas mochilas de agua y materiales insuficientes para combatir las llamas que llevan a tener 10 metros de alto. El viento cambia de rumbo cada 5 o 10 minutos según explicaron los responsables de los Bomberos, lo que hace que sea inmanejable.
Los vecinos son solidarios y trabajan de realizar contrafuego para que las llamas no tomen las casas de la zona, donde viven cerca de 1000 personas. La zona se encuentra sin luz debido a que se quemó parte del tendido eléctrico y ayer Emsa empezó a reparar las líneas.
El personal policial, los bomberos voluntarios de San Javier, el Ejército y vecinos buscan agua de donde no hay, porque la sequía se siente cada vez más y las lluvias de los últimos días fueron insuficientes para humedecer el suelo, que se muestra resquebrajado y seco.
Jorge “Maneco” Eskarvadoski, uno de los colonos afectados por el fuego, comentó: “En el primer momento te da impotencia por todo lo que perdimos, porque el fuego sigue y no se puede controlar, seguimos perdiendo cosas. Yo perdí una plantación entera de bosque listo para sacar”.
“Los vecinos acompañan, pero no se puede parar por el viento, esperemos que llueva porque es lo único que podía parar. Si no que venga el avión hidrante, el helicóptero o una buena lluvia. Ahora nos queda sólo cuidar la casa. En mi caso perdí diez hectáreas de pino, yerba, caña, ojalá que llueva”, resaltó.
Ismael Romero, presidente del cuerpo de bomberos de la localidad, afirmó: “Lo que más complica es que es una zona de muy difícil acceso, hay que entrar con mochilas ya que los camiones hidrantes no pueden acceder a esos sectores donde predomina el fuego. Y en nuestro caso las mochilas son chicas y el agua que se carga en ellas no alcanza para nada. Estamos realmente preocupados porque si el fuego baja el cerro pondrá en riesgos muchas viviendas de las chacra como plantaciones y animales”.
Ricard Quensell es soldado del Regimiento de Monte 9 y vecino de los colonos donde las llamas hacen estragos. “Realmente una pena porque los vecinos perdieron todo. El viento empezó a soplar al mediodía y ahí se descontroló. La bronca te da pero hay que dejar para después porque son vecinos, perdieron todo y hacemos lo que podemos. Yo vivo acá cerca y sé todo lo que perdieron. Está muy feo todo y esperemos que llueva porque está descontrolado”.
Cuando caía la tarde empezó gotear en la zona de San Javier lo que trajo un poco de alivio a los bomberos que esperan que hoy siga lloviendo de forma intensa para aplacar el fuego y que las llamas no sigan avanzando.
Guardia de cenizas y pedido de no
quemar
En San Pedro, son cientos las hectáreas, de monte y cultivos, que fueron arrasadas por el fuego en lo que va de sequía. Sólo entre el lunes y ayer se registraron diez incendios forestales por negligencia humana, siendo rotundo el pedido a la población, sobre todo a los agricultores que eviten cualquier tipo de quema. A la fecha los focos fueron controlados gracias al trabajo de los bomberos voluntarios y colaboración de los colonos.
La irresponsabilidad de unos cuantos deja en cenizas el esfuerzo y trabajo de años de muchas familias que sufrieron pérdidas incalculables a consecuencia de la rápida de yerbales, pastura y forestación por la propagación del fuego, que en su mayoría se originan por quema de basura o residuos forestales en los rozados. En esta semana, fueron dos los incendios en Cruce Caballero, uno en Siete Estrellas, uno en colonia Luján, uno en colonia Aster y focos en Puerto Argentino.
En algunos casos, como el incendio en colonia Luján, hubo viviendas en peligro, siendo la protección de estás, una de las primeras tareas encaradas por los bomberos durante el combate, labor valiosa a la que se suma la ayuda de los vecinos que son quienes se mantienen en alerta. Desde la Unidad Regional XIV, informaron que se registrado tres denuncias, cinco actas y actuaron en 23 incendios, en enero y febrero.
