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jueves, 18 abril, 2024
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    Sebastián Villa denunciado por violencia de género, abuso sexual y tentativa de homicidio

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    El futbolista de Boca Juniors Sebastián Villa fue denunciado penalmente en los Tribunales de Lomas de Zamora por parte de una mujer que asegura que en 2021 sufrió violencia de género, abuso sexual y tentativa de homicidio.

    La denunciante, cuya inicial de nombre es R. comentó en su declaración que conoció al futbolista a principios del año 2020, y que a partir de entonces comenzaron a frecuentarse con habitualidad, “compartiendo distintas clases de situaciones, almuerzos, cenas, etcétera, lo que permitió que conozca a su entorno más íntimo, como lo son los familiares, amigos, y compañeros de su club de futbol”, indicó en la denuncia.

    En lo subsiguiente, R. puntualizó que “para el día de los hechos que aquí denuncio habría pasado poco más de un año de habernos conocido”, y dijo que la relación con el jugador de Boca “tuvo idas y vueltas como cualquier otra, más aún teniendo en cuenta la profesión de futbolista en el Club Atlético Boca Juniors del señor Villa y su entorno”.

    La mujer declaró, reflejan los principales diarios, que cuando discutían Villa se mostraba como “una persona sumamente violenta y agresiva, pero siempre, -hasta el día del hecho denunciado-, solo había ejercido sobre mí violencia verbal, por lo regular, adjetivándome con palabras descalificantes”.

    Sobre el ataque

    El día del ataque habría el 26 de junio de 2021 y replican los medios nacionales que la mujer denunció: “El señor Villa me pide que lo acompañe a una casa de un barrio cerrado cercano a donde él se encontraba viviendo en la localidad de Ezeiza, para ser parte de un asado en donde estaban varios compañeros del plantel de Boca Juniors”.

    La víctima comentó que “sobre las 22 horas aproximadamente, Sebastián había tomado una gran cantidad de alcohol y si bien estaba acostumbrada a verlo en ese estado, empezó a hacerme una escena de celos porque yo habría tenido -según el denunciado- un encuentro con un compañero del plantel. En el transcurso de esta escena, comenzó a elevarme el tono de su voz y en consecuencia a ponerse más violento de lo habitual, razón por la cual, dicha circunstancia hizo que nos retiráramos de la casa en donde se realizó el asado, ello poco después de las 22 horas, aproximadamente”.

    La mujer relató que se dirigieron a la casa de Villa y que allí llegaron varias personas que habían sido invitadas por un amigo del futbolista de Boca Juniors. “Es así que por el hecho de encontrarnos con tanta gente dejamos de discutir y nos distanciamos”, expresó en la denuncia.

    “La peor situación de mi vida”

    En el derrotero de la noche por la que R. denunció a Sebastián Villa ocurrió, según lo que consta en la denuncia, que la gente comenzó a retirarse sobre las 23:30 porque Villa debía descansar, finalmente se va el amigo que había convocado a las personas y le pide, antes de irse, “que cuide a Sebastián y que lo convenza de ir a dormir”.

    Allí, continuó R. “comenzó lo que fue la peor situación de mi vida. El denunciado me empezó a hablar mal y a maltratar. Tras insultarme, y al verlo en ese estado violento, le advierto que de seguir con dicha actitud me iba a retirar e irme. Frente a dicho planteo, me manifestó que se iba a portar bien y luego por unos minutos se calma y me propone de ir a dormir. Así las cosas, estábamos acostados porque nos íbamos a dormir como una noche habitual, Sebastián había tomado más de una botella de whisky”.

    “Él me estaba acariciando en la cara, cuando de repente se pone violento, me aprieta con fuerza la mandíbula y la nuca, me pega una cachetada y me dice ‘¿te gustaron mis compañeros?’. En ese momento me pongo realmente mal y comienzo a llorar y le digo: ‘Pará, Sebastián, ¿qué hacés?’ Entonces frena y yo le digo que me quiero ir, sin saber si esa violencia se iba a agravar por mi intención de huir. Me responde que me calme, que pare con la bobada y que no me enoje, y a partir de ahí creí que se iba a calmar por lo que seguimos acostados”.

    “En ese momento, estaba absolutamente aterrorizada, y se me vino a la cabeza los antecedentes de violencia que tenía Sebastián, según los medios de comunicación. Allí, él cruzó un límite que no había cruzado antes, el de levantarme la mano, lo cual para mí ya era motivo categórico de ruptura. Yo sentía entre temor y bronca por el golpe recibido, sin saber cómo actuar, realizando un análisis interno de cual sería el proceder que me evite agravar mi vulnerable posición, teniendo en cuenta que afuera solo se encontraba su seguridad, quien de manera indiscriminada se ocupa de tapar absolutamente todas las acciones de Sebastián, y en quien yo en ese momento no confiaba”.

    Abuso sexual

    “Es por ello, que entre lágrimas producto del golpe, él comienza a acariciarme el pelo, me seca las lágrimas y me empieza a besar, pero acto seguido me aprieta devuelta la mandíbula con mucha fuerza -impidiéndome respirar por muchos segundos hasta que logré zafarme de esa situación-, y me muerde de manera violenta los labios. En esos momentos pensé que pretendía matarme. Todas esas prácticas no eran para nada habituales entre nosotros en las prácticas sexuales que manteníamos”.

    “A partir de ahí vuelvo a ponerme a llorar y decido irme a pesar del temor que tenía a enfrentarlo, me siento en la cama y comienzo a vestirme, poniéndome la ropa que me había sacado para dormir, por lo que Sebastián al ver que me estaba queriendo ir comienza a decirme ‘no se vaya, no se vaya’ y se dirige hasta la puerta para cerrarla, no pudiendo recordar en este momento si la puerta tenía traba y/o llave, pero pudiendo reconocer el gesto y el sonido de la puerta trabándose”.

    “(…) Después de abusarme, Sebastián salió de la habitación, situación que detallare más adelante, y tenía algunas invitadas. Lo cual me llevo con el tiempo a pensar que su intención de someterme y violarme estuvo absolutamente premeditada, dado que, si el de verdad hubiera querido irse a dormir, el seguridad nunca dejaría entrar a mujeres invitadas, ni pondría la música al volumen que la pusieron para continuar con lo que para ellos en apariencia era un encuentro festivo”.

    R. contó que “cuando ya me encontraba sentada casi en la esquina de la cama, Sebastián viene, se para frente a mí, me agarra de nuevo fuerte de la mandíbula, me agarra de los pelos, y comienza a levantarme, el termina sentado en la cama y yo semi parada, teniendo en cuenta que al querer irme, el logro agarrarme una pierna, apretando muy fuerte por sobre el pantalón”.

    “Él parecía estar disfrutando la situación, jugaba con la intensidad de su fuerza, mientras me decía que deje la bobada y que no me vaya, aplicando mayor intensidad al agarrón de la pierna y bajándola para intentar convencerme, dicha situación se convierte en un agarrón a la altura de mi cadera con el cual me tiro a la cama, me saco parcialmente el pantalón -no todo-, él se bajó su bóxer un poco -no todo- y comenzó a penetrarme con su miembro de forma violenta: mientras yo intentaba liberarme agitando desesperadamente los brazos y tirándole manotazos al cuerpo. Pero el seguía violándome y me decía ‘te gusto estar con (…)’ (diciendo el nombre del compañero del club con quien el mantenía que habría tenido un encuentro) ¿eso es lo que querías?”.

    El relato de los hechos continúa de manera escalofriante. “El denunciado comenzó a abusarme, propinándome algunos golpes, y tapándome la boca con su mano, momento en el cual yo le realice algunos rasguños producto de querer salir de esa situación. Me abuso, en principio de frente (estando boca arriba), y terminó poniéndome boca abajo, casi sin dejarme respirar, dado que entre gritos y llantos me fui quedando sin aire, a esto se le sumo su cuerpo arriba mío y su mano en la boca, lo cual se agravo cuando me dio vuelta y me apretaba la cabeza contra la cama. Es importante señalar que me fui quedando sin aire y sin fuerza a lo largo del abuso”.

    Detalles del tormento

    La denunciante dio más detalles del accionar que denunció por parte del deportista. “Ese tormento que pareció eterno cesó cuando el señor Villa eyaculó dentro mío y una vez finalizado el sometimiento sexual me largué a llorar de manera descontrolada y le suplicaba que me dejara irme, a lo que me manifestaba que no me podía retirar hasta tanto no me calme. Es así, que el abusador se secó su miembro con una toalla, y yo me dirigí al baño, donde al mirarme al espejo logre recuperar el aire, el que me había quitado el abuso sufrido, y entre de manera profunda en un ataque de llanto. No lograba entender lo sucedido, no podía creer que él continuara como si nada hubiera sucedido, y sin permitirme egresar de la habitación”.

    “El abusador solo intentaba manipularme, acomodándome el pelo, refiriéndome de manera constante que él me quería, que me calme, que no podía salir en ese estado de la habitación, el absolutamente convencido de que yo estaba enamorada de él, me decía ‘vamos a seguir viéndonos’, ‘la quiero mi reina’, ‘cálmese’. Como resultaba imposible que me calme, el decidió salir de la habitación, sin saber qué hizo cuando estuvo afuera de la misma”.

    R. agregó que en ese momento de su calvario llamó a una amiga, quien fue a socorrerla de forma inmediata y que ambas vivieron una nueva situación de violencia por parte del jugador de Boca, quien no permitía que se fuesen del lugar, hasta que llegó un auto que las buscó y con el que lograron salir: “En el auto no pare de llorar”.

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