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jueves, 28 marzo, 2024
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    Un apoyo de hierro al acuerdo con el FMI

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    Una hora y media duró la charla que mantuvieron en el Ministerio de Economía los popes empresarios del acero. Era la primera vez en toda la pandemia que los dirigentes de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA) se veían cara a cara con funcionarios que responden al ministro de Hacienda, Martín Guzmán. El convite, así, tuvo un peso simbólico: se abordó la realidad numérica de la actividad pero se hizo centro en detallar las condiciones del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y conseguir el respaldo del sector para negociar un pacto “sustentable que no impacte en el crecimiento”.

    El encuentro fue, una parte del recuento de voluntades que hará el Gobierno para llegar al Congreso con respaldo masivo de diferentes sectores a una negociación sin condicionamientos. De hecho, este convite quedó eclipsado por otro muy relevante que también ocurrió el miércoles último: la visita de Guzmán a la sede de la CGT en Azopardo, donde cosechó aval del triunvirato y los gremios que la integran para negociar en esa dirección.

    Por el lado del Gobierno, comandaron el encuentro la jefa de Gabinete de Economía, Melina Mallamace; el subsecretario de Relaciones Institucionales, Rodrigo Ruete y Roberto Arias, secretario de Política Tributaria. El sector privado llevó a esa mesa al presidente de ADIMRA, Orlando Castellani, los vices Gerardo Venútolo y Carlos Garrera (también dirigente de la UIA); y la secretaria general de la entidad, Nora Resnik. Muchos de ellos ya venían charlando con Economía, y habían tenido reuniones vía Zoom con el viceministro, Fernando Morras, y con Arias.

    En la conversación, los funcionarios expusieron las metas de crecimiento, el contexto de recuperación, se habló de la mejora en los perfiles de déficit fiscal y el fomento a la industria. También se abordó la situación cambiaria y la existencia de divisas. Ambos bandos, el Gobierno y los privados, coincidieron en que los dólares que se cuidan deben ser para la producción. Por otra parte, hubo preocupación empresaria por el tema central de la Argentina, la inflación, que según el Gobierno arrastra, además de la inercia local, el problema del alza de los precios internacionales.

    Otro punto relevante fue el pedido del sector de mantener la política de créditos productivos para la pequeña y mediana empresa, que es la que tracciona la generalidad de los números de la actividad. Fue ADIMRA la cámara que mayor defensa pública hizo de esas herramientas, como factores centrales de la política industrial.

    Los empresarios llevaron unas carpetas en las que se explica cómo es la dinámica del sector. Los datos son muy fuertes: la expectativa, contaron, es que el año cierre mejor de lo esperado. Se habló de un crecimiento de la metalurgia del 12 por ciento, cuando en 2010 la caída fue de 10,3. “Se está cumpliendo el cálculo más optimista que se planteó durante el verano pasado”, manifestaron. El rubro es clave porque es una industria de industrias que provee partes pero también tiene productos terminados. Uno de los más dinámicos es el rubro cosechadoras y tractores, que está creciendo bastante por encima del número general, impulsado por varios factores: los precios récord de los granos, la mejora económica y el uso de los dólares del campo como reserva de valor puestos en máquinas.

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