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jueves, 25 abril, 2024
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    Vuelta al cole: el gozo del reencuentro y el desafío de contener abrazos

    Los estudiantes de Posadas rescataron poder volver a verse cara a cara. Expectativas y miedos en una escuela diferente con barbijo y burbujas

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    Las calles de Posadas volvieron a pintarse de los diversos colores de los uniformes y los guardapolvos blancos de los estudiantes; los encuentros y risas hicieron eco nuevamente en las paradas de colectivo, en las esquinas. Es que ayer se retomaron las clases presenciales en Misiones y la jornada fue vivida con una mezcla de incertidumbre y alegría. Incertidumbre por conocer una escuela diferente a la que dejaron y alegría por retomar el contacto con sus pares después de tanto tiempo, porque además de ser formadora, la escuela es un punto de encuentro y socialización, factores indispensables para el desarrollo de un individuo en sociedad.

    Ayer los despertadores volvieron a sonar a las 6 de la mañana, muchos se cambiaron medio entre sueños como lo hacían antes y después de un desayuno acelerado partieron rumbo a las escuelas en colectivo, a pie o llevados por sus padres en auto. La escuela a la que llegaron ya no era la misma, el aula y los recreos tampoco.

    La pandemia de Covid-19 que mañana cumplirá un año obligó a cerrar los establecimientos educativos, por lo cual el ciclo 2020 estuvo marcado por la virtualidad. El retorno al aula, bajo una bimodalidad -presencial y virtual-, representa un gran desafío sin precedente en la provincia y el país.

    “Comenzaron las clases de manera virtual y presencial. Y teniendo en cuenta que aun no iniciaron formación profesional ni terciario ni universitario, la evaluación que hicimos es que hubo un 50 % de asistencia en la presencialidad en toda la provincia, es un buen número y estimamos que va a ir creciendo a medida que se vayan afianzando en el protocolo” sostuvo el ministro de Educación, Miguel Sedoff.

    “Nadie se podía imaginar esto, es cosa de una película lo que estamos viviendo. No puedo creer que años atrás me movía por el curso, podía hablar con mis amigos. Es como si estuviese soñando, como si estuviera dentro de una película, es algo que no terminás de entender”, compartió Tobías Casals (17), presidente del Centro de Estudiantes y alumno de 5° año de la Inmaculada Concepción de Posadas.

    Tanto para él como para los demás estudiantes que cursarán este 2021 su último año de la secundaria, el regreso a la presencialidad es muy valorado. Compartir este tiempo con sus amigos y, al mismo tiempo, irse despidiendo de sus profesores no tiene precio. El año pasado, miles de chicos se quedaron sin esta oportunidad.

    Y añadió: “Comparado con los chicos de quinto del año pasado que no pudieron compartir casi nada, nosotros por lo menos vamos a tener algo y hay que aprender a abrazar ese algo, esto va  formar parte de nuestra nueva rutina, de nuestra forma de vivir hasta que haya una solución al problema”.

    Lo que más lamentan Abigail René (17) y Samuel Blanco (16)  -también de 5° año de la Inmaculada- es no poder compartir las clases ni los recreos con todos sus compañeros, puesto que cada curso se dividió en dos para garantizar el distanciamiento de al menos 1,5 metros en las aulas y esa misma burbuja debe ser respetada en los momentos de recreo.

    “El miedo va más por el lado de volver sabiendo que se nos complicó el año pasado con la virtualidad y qué va a pasar con todos los conocimientos que no aprendimos. Nuestra preocupación va más por ese lado”, expresó Samuel, en tanto, sobre su inquietud de cara a este nuevo ciclo lectivo.

    Mientras, Abigail, que también integra el Centro de Estudiantes junto a sus compañeros, sostuvo: “Creo que es muy importante volver a la presencialidad porque costó mucho la virtualidad y no se adquieren los conocimientos al 100%. Creo que la secundaria es esa etapa en la que tenemos el tiempo para pensar en todo lo que vendrá después, ya sea algún estudio, facultad o trabajo”.

    Codazos cariñosos

    En una cultura tan amante de los besos y los abrazos, como lo es la misionera, este reencuentro presencial supuso contener esos fuertes impulsos que se potenciaron con la sumatoria de los días de no verse.

    Preceptoras y maestras controlaron todo el tiempo que se respete el protocolo. Pero entendible es que se hayan escapado algunos que otros abrazos a escondidas.

    “Vi que compañeros que incluso lloraron al verse y tenemos que abstenernos de los abrazos porque lo máximo que podemos hacer es darnos codazos cariñosos”, dijo, entre risas, Ignacio Medina (12) del 7° grado de la escuela primaria Fraternidad.

    “Estoy muy nervioso y ansioso, hace mucho tiempo que no estamos acá y volver me trajo mucha nostalgia, fue bastante complicado el año pasado, pero pudimos hacerlo”, reconoció.

    Por su parte, su compañera Oriana Jalenka (12) relató: “Estoy muy emocionada y contenta de poder ver a mis compañeros y es una nueva experiencia para cada uno. A algunos los pude ver durante la pandemia por la virtualidad y había veces que podíamos visitarnos, pero necesitaba poder estudiar y poder ver a mi maestra. Es importante venir a la escuela porque esto nos sirve para el futuro”.

    Otro desafío lo enfrentan los estudiantes que tuvieron que transitar durante el 2020 su primer año de secundaria en la virtualidad. Para ellos este regreso supuso además enfrentarse a compañeros que conocieron por escasos días el año pasado.

    En ese contexto, Sofía Sequeira y Estefanía Melgarejo tienen ambas 13 años, son amigas desde la primaria y encararon juntas la secundaria en una nueva escuela, el Martín de Moussy.

    “Lo único bueno de volver a la escuela era que la iba a volver a ver a ella”, se alegró Sofía. Sucede que por la pandemia y como viven muy lejos no pudieron verse tanto como hubieran querido.

    Y en esa misma línea, sostuvo: “Fue un salto de primaria y secundaria que no lo pude vivir bien como quise. No hubo muchas cosas que extrañar porque vine apenas unos días y tampoco conocía a mis compañeros”.

    Mientras, Manuel de Arrechea (15), del 3° año del Ipesmi, compartió: “Creo que será mejor que las clases online y menos complicadas. No la pasé tan mal, pero tampoco quiero que vuelva a pasar lo mismo”.

    Los directivos

    La emoción también estuvo presente entre los docentes y directivos.

    “Se mantiene la distancia, pero están contentos de volver a la escuela, da alegría verlos. Para construir un mejor país necesitamos la educación y los chicos necesitan la escuela, el valor de la institución escolar es muy importante”, señaló Zulema Drozina, vicedirectora del Martín de Moussy.

    Mientras, Mercedes Rotela, integrante del personal de la escuela Fraternidad, indicó: “Los chicos estaban muy ansiosos de encontrarse con sus amigos, estaban contentos porque hace mucho tiempo no se veían, algunos hace casi un año. Estamos conteniendo los besos y los abrazos, pero es lo que tenemos que hacer y cuidarnos”.

    Fuente: El Territorio.

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