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viernes, 26 abril, 2024
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    El Presidente y Funes de Rioja, cara a cara

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    En el marco de una marcha descontrolada de los precios, el presidente Alberto Fernández recibió ayer en el chalet de la Quinta de Olivos al titular de la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal) y presidente de la Unión Industrial (UIA), Daniel Funes de Rioja. Según fuentes del Gobierno, la reunión fue pedida por el empresario. Casualmente, a esa misma hora se debía desarrollar un encuentro de la Copal, que se pasó para la tarde de ayer y se usó para que el empresario les contara a la alimenticias la agenda tratada con el mandatario.

    Según supo Página I12, en horas de la mañana Funes llegó a Olivos acompañado por el secretario de la UIA, el dueño de Sinteplast, Miguel Ángel Rodríguez. El mandatario lo esperaba para desayunar junto a algunos funcionarios. La portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, aclaró ante este diario que el ministro de Economía, Sergio Massa y el titular de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, no fueron de la partida y sí se encontraron con el Presidente luego del desayuno para viajar juntos al acto de anuncios en Cañuelas.

    “Estoy muy preocupado por el precio de los alimentos, ¿que está pasando con eso?”, arrancó Fernández, y a continuación le pidió que “colaboren todos los empresarios” para bajar los niveles de inflación. El empresario le dijo que no era un tema sólo de los alimentos, y la conversación giró en torno al fenómeno de los precios más allá del rubro. Funes ya había hablado hacía unos días con Massa (se volverán a ver en unos días), y le había planteado que había que mirar algunos costos que se están moviendo, como el del trigo en Chicago, que se disparó a fines de la semana pasada por el incremento de acciones bélicas de Rusia en Ucrania, y la sequía a nivel local.

    El Presidente le dijo Massa está “trabajando para estabilizar la macro”, pero que se necesita “más apoyo de los empresarios” para que la baja de los precios se note en los números. Todo eso lo transmitió Funes en la reunión que mantuvo por la tarde, vía Zoom, con los socios de Copal. Y lo propio hizo en algunos cruces telefónicos con directivos de la UIA. Por otra parte, se repasó con Fernández el nuevo régimen de importaciones y de administración del comercio exterior y Funes invitó al presidente a la Conferencia Industrial de la UIA, que será el 10 de noviembre, y en la que el mandatario dará un discurso de cierre.

    El encuentro de Fernández y Funes es parte de un scrum político sobre los formadores de precios que el Gobierno busca hacer, mientras Massa ordena las cuentas generales. El proceso es casi urgente, según confiaron desde la Rosada a este diario, porque los precios de los alimentos son el problema número uno de la gestión Fernández. Lo que tiene como particularidad es que empiezan a estar involucrados diferentes ministros que están vinculados directa o indirectamente a la cuestión económica.

    Precios Justos ¿sólo por 90 días?

    Según supo este diario, Massa instruyó al secretario de Comercio, Matías Tombolini, a trabajar en dos frentes en lo que refiere a las canastas de acuerdos de precios. Por un lado, avanzar en las negociaciones para cerrar Precios Justos (una canasta amplia de productos a valores fijos) en las próximas semanas. El segundo, que esa canasta no esté sólo en supermercados grandes sino también en comercios de cercanía.

    En las últimas horas, Tombolini siguió con las reuniones con empresas que inició la semana pasada. Ya se vio con Mastellone (La Serenísima), Bimbo (la mexicana de panificados que tiene casi 90 por ciento del mercado) y hará lo propio con Coca Cola, Quilmes, Molinos y Unilever. En esas mesas se discuten varios puntos: el primero, la temporalidad, que es durante cuánto tiempo va a durar la canasta de Justos. “Puede ser más de 90 días”, aducen fuentes oficiales.

    Lo otro que se debate es cómo será la promoción de esos productos y cuántos tendrá la canasta. La información a la que accedió este medio asegura que habrá una canasta de Justos de entre 1500 y 2000 productos. Además, la idea de Massa es que esos productos tengan el precio impreso en el paquete. En ese sentido, las empresas aseguran que hacer eso llevaría más tiempo del necesario y demoraría la implementación de la canasta. Pero el ministro de Economía quiere que se haga de ese modo. Hay, sin embargo, otras dos alternativas, algun tipo de mecanismo tecnológico o bien una promoción más activa de la canasta y los productos en los medios.

    Por otra parte, el Gobierno evalúa que esta canasta de Justos exceda la oferta de los grandes hipermercados y se encuentrte también en comercios barriales. A tales fines, están negociando con la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires, para que eso ocurra. Naturalmente, para eso también es central que las empresas garanticen abastecimiento, porque hay en esos comercios barriales un desboque de precios fenomenal.

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