Brasil es uno de los países más afectados del mundo. Registra el segundo mayor número de muertes por coronavirus, por detrás solamente de Estados Unidos, y la tercera mayor cifra de casos confirmados, luego de Estados Unidos e India.
Además, la Fundação Oswaldo Cruz (Fiocruz) alertó en una nota publicada el miércoles sobre el riesgo de propagación de nuevas variantes de coronavirus por el país, especialmente la bautizada Delta, que inicialmente fue detectada en India.
“Estamos en medio de un gran y grave problema: las variantes tienden a propagarse por el país. Es muy probable que, de aquí a algunos meses, la variante Delta esté presente en todo el territorio nacional y surjan otras variantes”, dijo el coordinador de Vigilancia en Salud y Laboratorios de Referencia de Fiocruz, Rivaldo Venâncio, en una audiencia en la Cámara de Diputados en la víspera.
La alarma se enciende en el vecino país, en medio de los preparativos para la organización de la Copa América, decisión que tomó el Gobierno de Jair Bolsonaro y que despertó críticas y hasta movilizaciones.
En este contexto, el presidente recibió este miércoles por la noche los peores cacerolazos de su mandato en las principales ciudades del país durante el discurso por cadena nacional que ofreció para destacar el crecimiento económico del primer trimestre, la vacunación contra el coronavirus, fustigar las cuarentenas y defender la organización de la Copa América.
Las regiones centrales y periféricas de San Pablo, mayor ciudad de Brasil y de Sudamérica, registraron cacerolazos durante los menos de cinco minutos del pronunciamiento, según mostraron los medios brasileños.
Lo mismo ocurrió en vastas regiones de Río de Janeiro, Belo Horizonte, Brasilia, Porto Alegre, Salvador, Recife y otras capitales estaduales, de acuerdo a CNN Brasil, BandNews y GloboNews, las tres principales cadenas de noticias de televisión por cable.