El fiscal se refirió a una “poderosa estructura que se enquistó cuando Néstor Kirchner asumió como presidente de la Nación” y afirmó que “los pasos fueron perfectamente orquestados”. Habló de adjudicaciones “escandalosas” y un “auténtico y eficaz sistema de corrupción”.
Para sostener la acusación de asociación ilícita, se refirió a una presunta “división de roles” para cometer el delito y que hubo una “perpetuación en el tiempo” del mismo.
Según afirmó, “el objetivo fue eliminar la competencia entre oferentes para beneficiar a Lázaro Báez ” y “no se trató de prácticas aisladas como nos quiere hacer ver la UIF, sino de hechos gravísimos que se perpetuaron en el tiempo”
“Como un parásito, la corrupción se instaló en distintos organismos del Estado”, lanzó Luciani con elevado tono de voz.
Según afirmó, hubo una “detracción de fondos del Estado para beneficios de un tercero”. En ese sentido recordó que “Lázaro Báez en 2003 aportaba a la AFIP como monotributista y que, a pesar de que “no tenía ninguna experiencia en obra vial, de la noche a la mañana” se lo “convirtió en empresario”, al “amigo de Néstor y Cristina Kirchner”.
Habló de un “modelo ilegal” que “se enquistó durante doce años” en forma “endémica”, sin controles “serios”.
“No se trató de algún funcionario infiel, como die la UIF”, aseguró Luciani, sino que dijo que fueron 51 obras en total. La incógnita, por el momento, es cómo probará que efectivamente se amañaron esa cantidad de adjudicaciones, teniendo en cuenta que solo se peritaron tres de ellas.
La fiscalía dijo también que hubo “desinversión” debido a que una “inmensa cantidad de obras no se terminaron”.
Pidiendo por momentos especial atención a algunos de los pasajes de su alegato, Luciani dijo: “hemos analizado todos los expedientes. Esos expedientes no solo hablan, gritan. Las licitaciones estaban direccionadas. Y lo vamos a probar”, prometió.