Aún en una dinámica global que debate y concreta tributos de este estilo, como se ha visto en avances que reclamaron el FMI y el Banco Mundial, detrás de la rebelión hay especulación y quita de respaldo. Fuentes del sector que se niega a pagar hacen el cálculo de la relevancia que tiene el dinero de ese tributo para el Gobierno, para llegar más estable a las elecciones legislativas. Es una quita de apoyo que haría más ruido si no fuera por la estabilidad que empezaron a tener las reservas por varios factores, sumadas a la posibilidad de un acuerdo de extensión de pagos con el FMI y el Club de París. Pero es la señal que, según los propios rebeldes, se le quiere dar al gobierno.

La ruptura con el poder de estos grupos fue bastante más lenta con Mauricio Macri que, a pesar de haber jugado para los ceos, pero también los padeció. En el caso de Techint, se acabó cuando el ex presidente levantó los subsidios al gas en Vaca Muerta. Con Fernández, se intensificó en los últimos meses una campaña que dejó al descubierto a los que apuestan al crecimiento y quienes, aún en pandemia, decidieron que las cartas del Ejecutivo ya están jugados y no son, para ellos, una buena mano.