En este contexto, según las proyecciones de la consultora económica Econométrica el cupo a las exportaciones de carnes genera pérdidas de u$s1.000 millones de dólares anuales. Además, desde la industria frigorífica están en peligro alrededor de 100.000 puestos de trabajo. Por su parte, desde el oficialismo remarcan que los envíos se normalizarán una vez que se haya terminado de “ordenar el sector” y hacen hincapié que lo que hoy necesita la Argentina es contar con mayor producción de carne y de esta manera abastecer el mercado externo sin descuidar la mesa de los argentinos. En ese marco avanza con la confección de un Plan Ganadero con visión federal pero lo cierto es que esta iniciativa plantea objetivos a mediano y largo plazo. Así es que hoy la tensión entre el mercado interno y las exportaciones está en su punto más álgido luego de las restricciones a los envíos. Porque mientras mejoran las variables internas, se deteriora un negocio que podría sumar más divisas ante la fuerte demanda de China.
El consumo de carne se recuperó en junio y alcanzó el volumen más alto en doce meses
Luego de las restricciones a las exportaciones se evidencia mayor disponibilidad del producto en el mercado interno mientras los precios bajan.