El Gobierno relanza la Mesa Sectorial del Litio con las provincias y el equipo económico, para mantener el impulso del sector, y sumarle un nuevo paradigma: la industrialización de la materia prima. El oficialismo considera que es un sector clave: Argentina cuenta con la tercera reserva más grande del mundo y el mineral sirve para las baterías de celulares y vehículos eléctricos, que en la próxima década podrían ser los únicos del mercado. En los últimos tres años, se invirtieron más de 1000 millones de dólares en el sector, y se duplicó el empleo.
La Mesa del Litio nació en marzo de 2019. Con el cambio de gobierno, continuaron reuniéndose los tres gobernadores donde se encuentran los yacimientos: Gerardo Morales (Jujuy), Raúl Jalil (Catamarca) y Gustavo Sáenz (Salta), en conjunto con representantes de la administración de Alberto Fernández, que en la última ocasión fue la economista Silvina Batakis, del Ministerio del Interior.
La novedad es que la reunión de este martes fue organizada por el Ministerio de Desarrollo Productivo, por lo que se sumarán a la mesa el ministro, Matías Kulfas, el secretario de Industria, Ariel Schale y el secretario de minería, Alberto Hensel. Además, el miércoles Kulfas participará de un encuentro, patrocinado por el Banco Interamericano de Desarrollo, donde expondrá sobre la industria del litio. “La estrategia de nuestro Gobierno es integrar totalmente la cadena de valor del litio, desde los salares, pasando por las baterías, hasta la producción de vehículos eléctricos”, afirmó Kulfas.
Argentina es el tercer país a nivel mundial de mayor producción e integra, junto con Bolivia y Chile, el “triángulo del litio”, con salares que hacen “sumamente rentable la explotación”, según un informe oficial realizado por el Ministerio de Desarrollo Productivo. Como el litio se usa para el desarrollo de baterías para dispositivos móviles (celulares, tablets y laptops), o para las baterías que requerirán los futuros autos eléctricos, es un destino atractivo para invertir.
De hecho, la semana pasada el Grupo BMW, fabricante alemán de autos y motos de alta gama, anunció que realizará una inversión de 300 millones de dólares para la extracción de litio en Catamarca, para luego producir baterías para sus vehículos eléctricos. Lo hará en conjunto con la minera estadounidense Livent.
Sin embargo, el objetivo del Gobierno, con la figura de Kulfas a la cabeza, es transformar el paradigma para que el recurso no sea solamente extraído y exportado, sino que forme parte de una cadena de valor para industrializar la materia prima. Lo que parecía el futuro lejano, ya no lo es. En la última visita que hizo el equipo económico a la planta de Toyota, el presidente Daniel Herrero aseguró que entre 2025 y 2030, de cada uno de los modelos de la compañía japonesa, uno será eléctrico. Para la agenda de movilidad sustentable, desde la Secretaría de Industria consideran que, si no se suben a la carrera, pronto la industria automotriz será meramente importadora.
Bajo esta premisa, el objetivo más ambicioso que tiene el Ministerio de Desarrollo Productivo es el de poder constituir una fábrica de baterías de litio para poder exportar a toda la región. Requiere una millonaria inversión, tecnología y escala. El primer paso, fue la firma de un memorándum de entendimiento con la empresa china Jiankang para promover la instalación de una fábrica de baterías de litio, y otra planta de buses eléctricos para la movilidad sustentable en las ciudades.
Este tipo de compañías ya cuentan con la fabricación de baterías con gran escala: son el tercer fabricante en China, quinto en el mundo, y poseen fábricas en Alemania, Estados Unidos, Japón, Corea, y China. Ante la consulta de por qué avanzarían en poner una fábrica en Argentina, una fuente oficial respondió: “Porque estamos nosotros gobernando. ¿Quieren el litio? Tienen que producirlo acá”.
Actualmente hay 21 proyectos de extracción de litio, donde en los últimos tres años se realizaron inversiones por 1118 millones de dólares y el empleo se duplicó. En 2020, se registraban 1474 empleos directos y casi 3 mil indirectos. De las minas, dos están en operación, una en construcción y 17 son proyectos avanzados.