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domingo, 28 abril, 2024
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    El Gobierno juega en equilibrio con moscas blancas del establishment

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    Sin eufemismos, el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), Iván Szczech, abrió la Convención Anual de la entidad con una especie de mea culpa sectorial por los cuestionamientos y causas que tuvieron algunos socios de la cámara. “Supimos reorganizarnos institucionalmente con el objetivo y con las acciones necesarias para darle a nuestra industria la transparencia tan necesaria. Lo hicimos creando nuestro Código de Ética siendo parte del Observatorio de la Obra Pública, junto con Universidades, gremios y representantes del Estado”, destacó en el marco del evento que se realizó en La Rural. Y agregó que también se presentaron “propuestas ante la SIGEN, a favor de mayor eficiencia en el uso de los recursos públicos, tanto al momento de licitar y adjudicar, a través del Sistema de Doble Promedio, como al momento de ejecutar las obras, con un nuevo sistema de Redeterminación de Precios”.

    El abogado y coleccionista de arte Julio Crivelli, que fue el titular de transición hacia el intento de saneamiento de la CAMARCO. Y Szczech es el intento de un cierre definitivo a esa historia. Con su perfil, se gestó un acercamiento más racional y político al Gobierno Nacional. Con el ministro de Economía, Martín Guzmán, tiene un diálogo directo y constante que se evidenció en las citas que el funcionario hizo en la convención, sobre charlas con el empresario. También tiene llegada a la mesa del Presidente Alberto Fernández desde que en el inicio de la pandemia el mandatario empezó a reunirse con ceos productivos.

    También jugó en colaborativo con los acuerdos de Precios Cuidados de la Construcción y hasta admitió que los acopios de mercadería a la espera de devaluaciones son pasibles de la aplicación de la Ley de Abastecimiento. También, en diálogo con la prensa, se animó a hablar de las internas en el Gobierno: “ya se están subsanando, el Gobierno se muestra con otra impronta y un jefe de Gabinete muy activo que nos está acompañando”, expresó. Ese juego, que es político no ideológico, es una mutación del perfil de algunos ceos, que ven en la articulación con el poder un mecanismo más saludable que la confrontación y la operación a las espaldas.

    En ese terreno, Szczech no es el único. Hace unos días, Gustavo Idigoras, de la Cámara de Exportadores de Cereales y José Martins, de la Bolsa de Cereales, lograron acordar con el Gobierno el envío al Congreso de la Ley de fomento agroindustrial. Juntos crearon el Consejo Agroindustrial, un agrupamiento que interpuso al conflicto agrario una variante negociadora con el peronismo. Hoy, son también mesa chica del Gobierno.

    Otros dos casos: hace unas semanas, Antonio Aracre, el CEO de la empresa de biotecnología Syngenta se reunió a solas con el Presidente y el ministro Guzmán para hablar a agenda abierta. Tiene una conducta similar en cuanto a debatir las políticas puntuales, pero también el contexto.

    El que abrió el camino a estas líneas fue Daniel Herrero, el ceo de Toyota y presidente de la asociación de fabricantes ADEFA. Su nexo con el Gobierno en un sector estratégico como el de los autos permitió trabajos conjuntos que derivaron, primero, en una ley sectorial que se debate en el Parlamento. Y en segundo término, un proceso de quita de derechos de exportación a ventas externas incrementales, que fue llevado a cero luego del 7,5 por ciento que se cobraba durante el Gobierno de Mauricio Macri. Ninguno de los antes mencionados son cuadros de la política ni manifiestos militantes del oficialismo, pero vieron en la negociación un mecanismo de conveniencia para todos y con buenos resultados.

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