El desarrollo del encuentro arrancó con un equipo inglés decidido a volcar el juego por las bandas, aprovechando la velocidad de algunos de sus hombres. Así, cuando no se había cumplido siquiera 2 minutos, Harris escapó al tackle de Bazán Vélez y apoyó la pelota en el ingoal adversario para decretar la apertura: 5-0.
Enseguida reaccionaron Los Pumas con dos tries sucesivos de Bazán Vélez y Moneta, más una conversión de Mare, que les permitió a los argentinos irse al descanso con la ventaja 12-5.
El equipo nacional, que no pudo contar en este encuentro final ni con Gastón Revol (suspendido) ni Matías Osadczuk (rotura de ligamentos en su rodilla izquierda), empezó a rotar para ganar oxígeno. Así y todo, el cansancio hizo su aparición y, entonces, un espacio otorgado al adversario le permitió a Lindsay-Hague enfilar por el centro y marcar el segundo try británico.
El partido estaba empatado 12-12, a falta de 4 minutos; pero en la siguiente jugada, después de ganar la bola en la salida, Argentina volvió a facturar, a partir de la velocidad de Ignacio Mendy, quien se sacó un jugador inglés de encima y se fue derecho al ingoal rival.
Los dos minutos finales fueron jugados con inteligencia por Los Pumas Seven. Sin otorgarle ventajas a una Gran Bretaña y tratando de provocar sus equivocaciones, el equipo argentino se abrazó a la victoria y logró subirse al tercer y último escalón del podio.