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lunes, 29 abril, 2024
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    River 2021, la radiografía

    Hipnotiza y aguijonea: promedia más de dos goles cada 90' a partir de un circuito que pocos lograron cortar.

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    Eduardo Galeano consideraba que entre el ídolo y el balón de fútbol se establece una especie de relación ecológica. El uruguayo decía que “la pelota lo busca, lo reconoce, lo necesita” al elegido. Lógica simbiosis pues el mejor de la cancha lo es gracias a la esfera más famosa de la tierra, y ella se siente a gusto con él por lo bien que la trata…

    River es un equipo ídolo. Filosóficamente hablando existe a partir de la teoría de Galeano. De esa coexistencia los jugadores y la pelota. En los 13 partidos de la vigente temporada ha dado 5.934 pases correctos, el 81,7% de lo que intentó. El equipo se adueña de la posesión pero sin el razonamiento del tiquitaca absurdo, sino pretendiendo darle criterio ofensivo a cada conexión.

    Marcelo Gallardo logró moldear a cada uno de sus River bajo ese masterplan colectivo. Sin embargo, los rasgos distintivos de este modelo 2021 bis -que no se parece al que inició el año- no solamente incluyen el flujo hacia adelante del balón sino también el potencial ofensivo cuando esas interconexiones no sufren interferencias: desde que se reinició la temporada, entre la Copa de la Liga Profesional 21, la Copa Argentina y la Supercopa 19, River marcó 31 goles en 13 partidos, promediando los 2,38 cada 90 minutos.

    Defensores de Pronunciamiento sufrió cuatro de ellos, otros seis Godoy Cruz, diez más -divididos en partes iguales- fueron contra Racing y Central Córdoba. Y en todos estos casos se respetó una constante: cuando el equipo consiguió desarticular el cerrojo, no hubo forma de desencriptar un estilo exitoso producto de su versatilidad de alternativas.

    Porque River juega a muchas cosas. Consigue, a partir de la presión post pérdida, contragolpear de cerca a las defensas rivales, pero también elabora con paciencia jugadas hipnóticas hasta la aparición de “ese” espacio decisivo. La sincronización puede incluir 18 pases previos como en el gol de Matías Suárez ante Depro (Copa Argentina, 4-0) o cinco en apenas 15 segundos (así fue la génesis del gol de Beltrán ante Colón). A veces es apenas un promedio de los ejemplos más extremos, como los 12 toques previos a los goles de Girotti ante Atlético Tucumán y de Borré ante Central Córdoba, en Santiago.

    Gallardo logró que River funcione a partir de una especie de inteligencia artificial colectiva que sincroniza movimientos automatizados sin importar quién juegue. Por eso, aunque el máximo asistidor del ciclo es De La Cruz (24) el que está funcionando como llave de gol es el versátil Julián Álvarez (siete en la temporada). También pesa que los jugadores de otras líneas hayan incorporado el pase verticalPaulo Díaz, por ejemplo, no sólo creció defensivamente sino que también aportó una asistencia y generó cinco oportunidades de gol sólo en la Copa de la LPF.

    Julián Álvarez es el máximo asistidor del nuevo River, con siete (Prensa River).

    Julián Álvarez es el máximo asistidor del nuevo River, con siete (Prensa River).

    También ganó regularidad Fabrizio Angileri, filoso por la izquierda como solía serlo Gonzalo Montiel por la otra banda. El mendocino no sólo aportó dos asistencias, también marcó tres goles y por varias vías (volea, tiro libre y de cabeza). Y Cachete, aun cuando todavía está buscando su mejor nivel tras su cuadro de mononucleosis, aporta de penal, lo que hasta hace algunos meses era un marcado karma.

    Por supuesto tiene preponderancia el trabajo de Rafa Borré, goleador de primera necesidad con un porcentaje altísimo de acierto en las definiciones sin control previo de pelota (77,8%), y Matías Suárez, de estilo glam y lectura ideal de los ataques, convida asistencias y también fajina para recuperar. Pero a ese pack de alternativas de área también se sumó Federico Girotti. Un juvenil de impecable media de gol (uno cada 72’) al que Gallardo administra con sapiencia pero que -en promedio- demora 5 minutos y 12 segundos en convertir cuando le toca ingresar…

    Rafa Santos Borré es el goleador del ciclo Gallardo y de la temporada de River.

    Rafa Santos Borré es el goleador del ciclo Gallardo y de la temporada de River.

    Acaso un gran misterio de este River es que, a pesar de que todos conocen su estilo, pocos han podido neutralizarlo proponiendo full time el mano a mano. En este semestre lo consiguieron un equilibrado Estudiantes (1-2), un Argentinos que cerró bien los espacios y aprovechó un excelente disparo de media distancia (0-1), un Racing con abuso de repliegue (0-0) y un Arsenal que tampoco ofreció ventajas defensivas (0-0).

    Pero aquellos que fueron por más, o que descuidaron sus defensas, que se animaron a aguijonear, sufrieron la inclemencia del método Gallardo. Uno que talló a un equipo para que trascendiera nombres, años y épocas hasta volverse ídolo, como en su tiempo razonaba Galeano…

    Fuente: (Olé)

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