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miércoles, 8 mayo, 2024
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    Juana Manso, la gran pedagoga y escritora, pionera de la educación pública

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    Juana Manso fue una de las grandes mujeres del siglo XIX. Pedagoga, docente, escritora, periodista, traductora, y pionera de la educación pública tuvo un rol protagónico en la constitución del sistema educativo argentino que se consolidó a partir de la Ley 1.420.

    Nació el 26 de junio de 1819 y desde pequeña tuvo una personalidad libre e inquieta. Aprendió a leer de manera autodidacta y en la escuela solía aburrirse. Además, estudió música, canto, francés y piano. Con tan solo catorce años tradujo del francés “El egoísmo y la amistad o los defectos del orgullo” con el seudónimo de Una joven argentina, que su padre hace imprimir en Montevideo en 1834. También escribía poemas.

    La familia se exilia en Montevideo por la persecución que sufrían de parte del gobierno de Rosas. Allí fundó una escuela para niñas en dos habitaciones de su casa donde se enseñaba lectura, aritmética, gramática, geografía, lecciones de moral, francés, piano, canto, labores y dibujo. Además, publicó poemas en diarios del país vecino.

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    Pero la familia de Juana se ve obligada a salir de Montevideo debido a que un aliado de Rosas logra sitiar la ciudad. Se instalan en Río de Janeiro, donde dicta clases particulares de español y francés. En 1842 funda en Río de Janeiro el Colegio Santa Clara, que funciona hasta 1843.

    En 1844 la familia regresa a Montevideo, donde es nombrada directora de una escuela para niñas y además redacta un Manual para la educación de niñas. Mientras tanto continuaba su trabajo como escritora y traductora.

    Dos años más tarde, viaja a los Estados Unidos junto a su marido Francisco Sá de Norohna, un compositor y violinista portugués. En aquel país Juana se sorprende con el lugar que las mujeres ocupan en la sociedad, mucho más libres y con acceso al mundo de trabajo. Pero la situación económica del matrimonio es complicada y deciden viajar a Cuba. Es por esa época que nacen sus dos hijas, Eulalia y Herminia.

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    Después de Cuba, regresan a Brasil, donde Juana sigue escribiendo y participa de la vida cultural a través de sus obras teatrales. En el año 1852 funda, junto con otras  colegas, un periódico semanal para mujeres donde también escribe sobre la emancipación de la mujer, la esclavitud, el racismo, etc.

    La caída de Rosas y la separación de su esposo son circunstancias que la llevan a regresar a Buenos Aires. Acá funda el semanario Álbum de Señoritas. Periódico de Literatura, Modas, Bellas Artes y Teatros, donde el tono irónico y los temas que tratan provocan el rechazo y la polémica de la sociedad de la época. Al mismo tiempo, su trabajo  como docente no le alcanza para sostener a su familia, motivo por el cual decide regresar a Brasil. Allí seguirá trabajando como dramaturga y encontrará un nuevo canal de ingresos económicos a través de la actuación. Participa como actriz en varias obras y su labor es elogiada.

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    En 1859, de nuevo en Buenos Aires, conoce a Sarmiento que por ese entonces era Director General de Escuelas. La mutua comprensión y admiración aparecen rápidamente. Coincidían en sus ideas sobre la educación: educación común y fuera de la órbita de la Iglesia, la educación de la mujer, la promoción de la lectura, aulas, materiales y libros adecuados, la renovación de métodos y programas de estudio, formación docente, etc.

    Sarmiento encontró una gran colaboradora en Juana, con quien trabajó en la función pública y en las publicaciones sobre educación, como la revista Anales de la educación común, de la cual fue directora hasta el año de su fallecimiento. Ella le otorgaba especial importancia a la actividad libre del niño, en una época donde se los solía castigar. También sostenía que el maestro debía generar un ambiente sano y confortable para guiar y seguir el trabajo del alumno.

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