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sábado, 18 mayo, 2024
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    Se pospuso el vencimiento de mayo y se abre una negociación con París

    El corrimiento hacia adelante de los 2400 millones de dólares al Club europeo inicia un período de charlas para que Georgieva valide la extensión de ambos préstamos.

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    El Gobierno Nacional sigue avanzando políticamente en factores que permitan dilatar los plazos de pago de las deudas más urgentes. Desde el 31 de mayo -fecha en la que se pospuso por dos meses el pago del vencimiento de 2400 millones de dólares con el Club de París- se abrió una ventana de negociaciones que deberán definir en ese plazo un gesto del Fondo Monetario Internacional (FMI) que valide no sólo una ampliación mayor de los vencimientos con Europa, sino también algún indicio similar para lo pendiente de pago con el organismo que comanda Kristalina Georgieva.

    La pelota quedó ahora del lado del ministro de Economía, Martín Guzmán, quien está al frente de las negociaciones y mantendrá en los 60 días siguientes, diferentes reuniones virtuales con dirigentes técnicos de ambos organismos con la idea de avanzar en firme. “Lo que se busca es un gesto del FMI, estamos viendo la manera y cómo podría ser el mensaje, si una carta o alguna otra consideración”, contó a Página I12 un alto funcionario de la Casa Rosada, que sigue de cerca las charlas, luego de la gira europea que tuvo al presidente Alberto Fernández y al ministro cosechando respaldos políticos para extender plazos.

    Por ahora, en el Gobierno destacan que las charlas siguen “en tono muy constructivo” y ponderan los avales que Fernández consiguió de los jefes políticos de Francia, Italia, España, Portugal, Alemania y la bendición papal que otorgó en Roma el Papa Francisco. En principio, creen en la Casa Rosada y el Ministerio de Economía que los tweets que publicó Georgieva tras la gira son un preludio de lo que dirá el Fondo Monetario en este plazo de dos meses. Un respaldo a que Argentina negocie sin afectar los tiempos de la economía interna.

    Aclaran, además, que los 60 días “serán exclusivamente para trabajar en plazos, no para cerrar acuerdos”. Este punto no es menor, dado que en el Ejecutivo no esperan cerrar nada hasta fines de este año. Confían, además, que luego de los trabajos técnicos de Guzmán, está casi garantizada la comprensión internacional de la posición argentina: no afectar la economía interna a costa acuerdos de riesgo, y tampoco permitir que el FMI haga auditorías profundas de los números internos. Sin esto, Argentina no cederá a un acuerdo de ningún tipo.

    Se baraja también la posibilidad de que el Presidente Fernández realice en breve un viaje a China, otro peso pesado de las finanzas internacionales y uno de los que, con Moscú, aglutina la voluntad de muchas naciones cercanas. En la otra esquina, por el momento está en stand by el viaje de Guzmán a Japón, otra de las sillas calientes en el Club de París. La mayor urgencia, naturalmente, es ordenar el frente con París, que de no cerrarse sí se terminaría cayendo el cesación de pagos luego de estos 60 días de plazo ampliado.

    En paralelo, ante el FMI se imponen desafíos a un poco más largo plazo pero que también preocupan: dos vencimientos de 1800 y 1900 millones que operarán en los meses de septiembre y noviembre. Todo en medio de las elecciones legislativas, que se pospusieron por la pandemia. En el Gobierno tienen medido, además, que el FMI en pleno comicio es un nombre inconveniente, dada la percepción negativa que casi toda la población tiene. Lo padeció el propio Mauricio Macri, que fue sujeto del crédito más leonino de la historia del organismo ya en una crisis económica sin retorno, lo que le sumó aún mayores contextos negativos.

    En este escenario, el Gobierno entiende que logró imponer a nivel global una visión de necesidad imperiosa de rever cuestiones de las finanzas internacionales y los esquemas de renegociación de deuda para países pobres y de ingresos medios. Como relevante consideran la frutilla del postre: el aval de la premier alemana, Ángela Merkel, que llegó tras una reunión por Zoom con Alberto Fernández. Alemania es el principal acreedor argentino en el Club de París, y es el caballo del comisario de ambos organismos internacionales.

    Lo que queda pendiente para enderezar el barco político en una negociación de deuda que hace tiempo relegó el archivo Excell, es ver cómo jugará Estados Unidos, el dueño del FMI. También siguen las charlas del Gobierno con funcionarios y legisladores cercanos a Joe Biden. Hasta el momento, ese país dio señales de aval no sólo a ampliaciones de plazos, sino que coincidió con lecturas de la Argentina sobre otros asuntos económicos, como el Impuesto a las Grandes Fortunas y la redistribución de ayudas del Fondo a países en problemas.

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