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jueves, 9 mayo, 2024
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    Trabajar menos producir más: re pensar el trabajo –

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    España puso en marcha la “semana corta”, una semana laboral de cuatro días. El proyecto presentado por Más País se aplicó en 200 empresas españolas y busca extenderse a todo el país. El periodo de prueba será de 3 años y estará financiado por el fondo económico de la Unión Europea. El objetivo es compensar a las pequeñas y medianas empresas que fueron afectadas por las consecuencias de la pandemia. El proyecto busca reducir las horas netas de trabajo manteniendo los salarios de tiempo completo.
    La medida tiene varias aristas para analizar la reconversión de la carga horaria laboral, desde la “psicología laboral” que entiende que, a mejor calidad de vida, psicológica, física y emocional, los y las trabajadoras hacen que su tiempo sea más productivo y creativo.
    Por otra parte, sirve para reflexionar sobre el trabajo en un contexto de reconversión del capitalismo, donde lo que motoriza la economía no es solo la producción sino (y sobre todo) el consumo. Más tiempo libre y de ocio significa también más tiempo y capital para consumir. El mercado del entretenimiento parece ser uno de los más favorecidos con esta medida.
    Habrá que indagar también sobre los aportes desde las distintas perspectivas ambientalistas, porque si bien un día menos de trabajo podría significar menor circulación, uso de transportes y combustibles también podemos pensar en las consecuencias que conlleva el incremento del consumo para el planeta tierra.
    No es la primera vez que se experimenta con las reducciones de la jornada laboral. Suecia redujo de 8 a 6 horas el horario laboral en pos de dos objetivos principales:  aumentar el bienestar de los y las trabajadoras y de distribuir horas para que se abran nuevos puestos de trabajo. Reducir las horas laborales para aumentar los índices de empleo.
    Respecto a la incidencia que este proyecto puede tener en la macroeconomía española un estudio publicado este año por la revista Cambridge Journal of Economics, da cuenta que la reducción de horas de trabajo de 40 a 35 horas por semana que llevó a cabo España en el 2017 tuvo como correlato un crecimiento del 1.5 por ciento del PBI y propulsó 560.000 nuevos empleos a su vez que los salarios aumentaron en un 3.7 por ciento. Otra conclusión interesante es que quienes más se benefician con este tipo de medidas son las mujeres ya que son quienes más buscan trabajos de tiempo parcial.
    Las consecuencias de la reducción de las jornadas laborales también se relacionan con la disminución del absentismo, según Software Delsol, empresa de sofware del sur de España quien en el año 2020 invirtió 400 mil euros en la reducción de horas para 190 empleados, reportó que desde entonces el nivel de absentismo laboral se redujo en un 28 por ciento y que ningún empleado y empleada renunció desde que fueron adoptadas las medidas. Además, sus ventas aumentaron un 20 por ciento.
    Quienes rechazan el proyecto sostienen que no es el momento de adoptar estas medidas ya que España registra una contracción del 10.5 del PBI en un contexto donde las economías del mundo están a la baja producto de la pandemia.
    En este sentido es pertinente y alentador que distintos actores: estado, empresa, sindicatos y ciudadanía, se impliquen en la búsqueda de alternativas para mantener y aumentar los índices de empleo en un contexto de capitalismo de consumo, atomización social, precarización laboral y el avance tecnológico que pone en peligro puestos de trabajo y expulsa del mercado laboral a cada vez más trabajadores y trabajadoras.

     

     

     

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