La vida siempre se presentó dura para Evelin Rolón. Sin la contención de una familia, pasó diecisiete años -de los 5 a los 22- en hogares convivenciales e instituciones de cuidado. Creció con historias muy crudas -propias o ajenas- relacionadas con el abandono, la violencia y hasta la trata. Sí, muchas chicas y chicos sufren hasta lo indescriptible cuando su propia familia es la que las/los vende.
“Cada institución tiene un funcionamiento diferente”, cuenta Evelin a Télam. “Y por suerte entre los jóvenes nos ayudamos para salir adelante. Después de vivir tantos años en un hogar, tenemos muchas dificultades para poder egresar a los 18 años, que es hasta cuando el Estado tiene nuestra tutela, y es muy difícil porque necesitamos un acompañamiento específico que nos prepare para la vida adulta”, explica la joven.