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sábado, 4 mayo, 2024
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    “El problema no son los talibanes sino la ignorancia y la manipulación”

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    Marwan Sarwar Gill es un teólogo islámico de 31 años radicado en la Argentina cuya familia paquistaní sufrió en carne propia el tipo de persecución religiosa que el mundo teme vuelva a instaurarse en Afganistán con los talibanes.

    Como miles de otros estudiosos del Corán, Marwan insiste en que la interpretación oscurantista del islam de los talibanes, de otros grupos y hasta de Estados musulmanes es una manipulación guiada por motivos políticos que ha sido alimentada por Occidente.

    Los padres de Marwan abandonaron Pakistán en 1985 luego de que una reforma de la Constitución declarara no musulmanes, sujetos a encarcelamiento, a los miembros de la Comunidad Ahmadía, la rama del islam a la que pertenece su familia.

    Alemania los recibió como refugiados y allí nació Marwan, que admira al papa Francisco y que desde hace cuatro años vive en Argentina dedicado a “difundir las enseñanzas verdaderas del islam” entre los musulmanes y los no musulmanes.

    – Télam: La toma del poder por los talibanes ha vuelto a concitar la atención sobre el islam y la ley islámica o ‘sharia’. ¿De dónde viene esta ley islámica?
    – Marwan Gill: ‘Sharia’ en árabe significa literalmente camino. Es la forma de vivir tu vida conforme a las leyes y reglas del islam. Sus fuentes son tres: el Corán, el libro sagrado de los musulmanes; la sunna, la tradición del profeta Mahoma, fundador del islam; y los dichos del profeta.

    – T: ¿Y qué dice sobre la religión?
    – MG: La sharia tiene como uno de sus principios básicos que no puede haber coacción en la fe. Un versículo del Corán afirma que la religión es un asunto personal y que nadie tiene derecho a imponer mandamientos en nombre de Dios. Otro dice que si Dios hubiera querido imponer la religión del islam, lo habría hecho porque es omnipotente. Pero Dios creó al hombre con libre albedrío y ninguna institución política o religiosa tiene derecho a imponer la religión.

    – T: ¿De dónde viene entonces esta interpretación de la sharia que hacen los talibanes y otros países como Irán, Arabia Saudita, Pakistán?
    – MG: La gran crisis del mundo musulmán es la ignorancia o el rechazo completo de las enseñanzas del islam. Los talibanes, por ejemplo, abrazan el wahabismo, una corriente ideológica del mundo islámico sunnita que se practica y es oficial en Arabia Saudita, que consiste en una interpretación muy radical y polémica del islam, también en relación con los derechos de la mujer. Para fortalecer o justificar su autoridad, ellos y varios países musulmanes usan el nombre o la capa de la religión.

    – T: ¿Y cómo es que pueden hacerlo?
    – MG: Porque, en muchos países y sociedades musulmanas, la religión es un instrumento o herramienta mucho más fuerte que otros y la gente común, lamentablemente, vive en una gran ignorancia. En Afganistán, la gente no estudia las leyes del Corán, sino que sigue ciegamente lo que dice el mullah (la autoridad religiosa) o el talibán en su pueblo. Ellos creen al mullah cuando dice que matar a un judío o incluso a un musulmán que no comparte la ideología con los talibanes es prestar un gran servicio al islam, un acto de bondad; pero el Corán dice que matar a una persona inocente es como matar a toda la humanidad.

    – T: ¿Y qué dice de las mujeres, de su educación?
    – MG: El Corán también dice que obtener educación es un derecho y un deber de cada mujer y el profeta dijo que una mujer merece educación “desde la cuna hasta la tumba”, y él mismo eligió a una mujer como maestra de sus discípulos. ¡Y resulta que, para los talibanes, la mujer no puede ir a la escuela! Y el velo con el que se cubren las mujeres, es cierto que es un mandamiento del islam, un símbolo de pudor y castidad, pero el propio Corán dice que no puede haber coacción religiosa.

    Una vez, una mujer se acercó al profeta, y uno de sus discípulos la miraba. Pero el profeta no le dijo nada a la mujer, no le dijo ‘cúbrete con el velo’, sino que le dijo a su discípulo que bajara la mirada, para que ella no se sintiera incómoda.

    "El Corán también dice que obtener educación es un derecho y un deber de cada mujer y el profeta dijo que una mujer merece educación `desde la cuna hasta la tumba`". Foto: AFP

    “El Corán también dice que obtener educación es un derecho y un deber de cada mujer y el profeta dijo que una mujer merece educación `desde la cuna hasta la tumba`”. Foto: AFP

    – T: Los talibanes dicen que ellos están comprometidos con la jihad, la guerra santa, algo que está consagrado en el Corán…
    – MG: Los talibanes y otros distorsionan el concepto de la jihad. El profeta Mahoma nunca hizo la guerra para expandir el islam, sino para defenderse y, sobre todo, garantizar la libertad de culto. El Corán dice que el propósito de la jihad es defender primero una sinagoga, luego una iglesia, luego cualquier lugar de culto, y por último nombra a la mezquita. En cambio, los talibanes, Al Qaeda u otros grupos fundamentalistas destruyen las iglesias, las sinagogas y niegan cualquier derecho a las minorías religiosas.

    – T: ¿Y Occidente tiene alguna responsabilidad en todo esto?
    – MG: Sí. El mundo occidental también ha contribuido. Los talibanes son un movimiento político, un grupo militar, no religioso. El islam tiene catorce siglos y los talibanes nacieron en la década de 1990, luego de haber peleado en los 80 contra la ocupación soviética. Y el Gobierno de Estados Unidos no sólo apoyó políticamente a los combatientes islámicos de los que luego surgieron los talibanes, los financió y los armó. También vimos eso con los grupos fundamentalistas, como el ISIS… ¿de dónde obtienen sus armas, su dinero? Es todo parte de una estrategia y de un lucha geopolítica que conviene también a las distintas potencias de Occidente. Arabia Saudita actualmente fomenta el wahabismo y no hace falta explicar quiénes son sus aliados en Occidente y sus rivales en el mundo islámico.

    – T: ¿Usted se refiere a Irán y al conflicto entre sunnitas y chiitas?
    – MG: Claro. En parte del islam existe un conflicto en realidad entre los árabes y los persas. Arabia Saudita representa a los primeros e Irán a los segundos. Lo presentan como un conflicto religioso entre sunnitas y chiitas, pero es un conflicto político, son intereses geopolíticos porque el islam es lo mismo para un sunnita y un chiita; pero a ellos no les importa el Corán, luchan por sus intereses políticos.

    El problema del islam no son los talibanes, sino la ignorancia de los preceptos islámicos y su manipulación política, la promoción en general del fundamentalismo en nombre del islam, dentro de la comunicad chiita y sunnita. ISIS, Boko Haram, Al Qaeda son solo expresiones de ese problema.

    – T: ¿Y el problema tiene solución?
    – MG: La solución contiene dos partes. Por un lado, lo que hizo usted: un diálogo directo de Occidente con los musulmanes para que el mundo, en vez de aceptar como cierto lo que dicen los talibanes sobre el islam, o ISIS, etcétera, se dé cuenta de que la mayoría de los 2.000 de millones de musulmanes del mundo rechazan la interpretación del islam de los talibanes.

    La otra parte es que las comunidades de musulmanes en los distintos países se abran, que busquen el diálogo en la sociedad para combatir la islamofobia y terminar con los prejuicios.

    T: El papa Francisco ha sido un gran impulsor de ese diálogo interreligioso…
    MG: Sí, el papa Francisco es una gran figura, un gran modelo y una gran referencia para el dialogo interreligioso, especialmente entre cristianos y musulmanes. Esto no era común antes. Este año un papa por primera vez viajó a Irak -una visita histórica-, donde se reunió con líderes musulmanes de la corriente chiita. Incluso antes de ser papa, Francisco era un gran promotor de la tolerancia y el respeto interreligioso. Creo que es un momento muy oportuno para este diálogo.

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