En ese sentido, la idea del Gobierno es que el piso del impuesto no sea un condicionamiento para las negociaciones salariales. “Cada trabajador que tenga suba en la paritaria no tiene que tener miedo porque va a tener al Estado protegiéndolo de vuelta porque en septiembre tenemos una nueva actualización del mínimo no imponible de Ganancias”, señaló Massa.
La potestad de elevar el mínimo no imponible por decreto por única vez ya estaba prevista en la ley que votó en abril el Congreso. A partir de 2022 las actualizaciones se harán de manera automática y de acuerdo al avance de los salarios según la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE).
Cuando asumió la administración de Alberto Fernández unos 2,4 millones de trabajadores pagaban el impuesto a las ganancias. Con el alivio fiscal, más de un millón de asalariados dejaron de tributar y se volvió a un esquema similar al de 2015, cuando un 10% de los trabajadores estaban alcanzados. El objetivo de la actualización será mantener ese porcentaje.
La medida se dará a conocer durante el mes de agosto y podría aplicarse directamente en las liquidaciones de septiembre. Uno de los detalles que resta definir es si la nueva suba del piso traerá aparejada el pago de un retroactivo, tal como sucedió con la última actualización. Ante la consulta de este medio, desde el Gobierno consignaron que eso “aún se está evaluando”.
El proyecto de ley que sancionó el Congreso también incluyó una serie de deducciones que continuarán vigentes. Uno de los beneficios más importantes es que el pago del aguinaldo no es incluido a la hora de considerar el piso mínimo pero también excluye del pago del tributo a los plus por provisión de ropa, herramientas educativas, guarderías y bonos productivos, entre otros.