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viernes, 3 mayo, 2024
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    La sobrefacturación de importaciones en la mira

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    Tal como habían anticipado fuentes oficiales diez días atrás, este lunes 17 entó en vigencia un nuevo sistema para la autorización de importaciones denominado SIRA. Dicho régimen sustituye al controvertido SIMI (sistema integral de monitoreo de importaciones), que terminó en condiciones de vulnerabilidad por su incapacidad para evitar una caudalosa fuga de divisas a través del comercio exterior.

    “No se trata de prohibiciones para importar, sino de un estricto seguimiento de que lo que se pide importar es para una necesidad real de abastecimiento de insumos para la actividad productiva o de un bien o servicios necesario para el consumo interno”, explicó una alta fuente oficial al justificar el cambio de régimen.

    Para la aprobación de los permisos a través del SIRA, se tendrá en consideración un análisis de capacidad económico financiera del importador y el perfil de riesgo aduanero y fiscal, considerando los antecedentes en el uso de facturas apócrifas, sobrefacturación de importaciones, así los referidos a la presentación de cautelares ante la justicia y el uso abusivo que se hubiera hecho de las mismas.

    Estas condicionalidades remiten a las irregularidades detectadas en el comercio exterior, fundamentalmente en los últimos tres años. La sobrefacturación o sobredemanda de importaciones se comprobó que estaban vinculadas principalmente al objetivo de conseguir la compra de divisas al Banco Central al precio oficial.

    Si ese monto de divisas resultaba superior al que efectivamente se usaba para el pago del bien o servicio importado, la diferencia en manos del importador se fugaba al exterior para constituir un activo fuera del país, o volvía al país vía mercados financieros (contado con liqui o MEP) a una paridad que dejaba una ganancia del 80 al 100% sobre el valor al cual se le habían comprado las divisas al Banco Central.

    El nuevo sistema SIRA crea una serie de mecanismos por el cual busca transparentar toda la secuencia de las operaciones (su trazabilidad) y verificar el destino de las divisas giradas por el Banco Central al importador.Una de estas nuevas herramientas será la existencia de una Cuenta Corriente Única de Comercio Exterior, que concentrará el control que deban realizar el Banco Central, la AFIP y Secretaría de Comercio en un solo instrumento. Actuará, según un vocero oficial, como “una suerte de tablero de control para todo el monitoreo en tiempo real, tanto del flujo financiero como físico”.

    Entre las irregularidades verificadas y que ahora se espera poder contrrolar, se mencionaron:

    * Sobrefacturación de importaciones, “inflando” el valor de lo que se importa mediangte triangulación de operaciones (compra a un intermediario cuyo único fin es aumentar el precio) o uso de documentación falsa (adquisición de facturas “truchas”);

    * Presentación de pedidos de autorización excesivos (se detectó que en los primeros nueve meses del año, para la gestiòn del total de bienes importados, se emitieron SIMIs por un valor 65% superior correspondiente a esas mismas compras)

    * Uso abusivo del recurso de las cautelares judiciales, que les permitía a las empresas obtener una orden judicial para que las autoricen a importar. En muchos casos, se verificó que estas “licencias judiciales” eran utilizadas para importar hasta cinco veces lo que eran las necesidades “normales” de la importadora, o que el permiso judicial era “alquilado” a otras firmas para que lo usasen para otras importaciones sin relación con la actividad habitual del importador.

    Se establecerán facilidades para las pymes y entidades civiles, dándole previsibilidad a las empresas en la fecha de giro, que podría acortarse a 60 días (respecto de los 180 actuales) para quienes requieran que el BCRA le venda las divisas. Para importadores que no requieran acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), sino que importan con dólares propios, se habilitará un sistema simplificado.

    El ordenamiento en la habilitación de importaciones, privilegiando las destinadas a insumos de la actividad productiva, había sido solicitada simultáneamente por la UIA y la Cgera, lo cual revela la preocupación compartida de grandes y pequeñas empresas industriales. El uso indebido de las normas de comercio exterior para el desvío de divisas provocaba la escasez de las mismas para la actividad económica, con riesgo de generar un freno a la recuperación de muchos sectores. De allí que varias entidades ligadas a los sectores productivos sumaran este lunes su respaldo al nuevo sistema dd importaciones SIRA.

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