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viernes, 3 mayo, 2024
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    Las universidades ya muestran los primeros síntomas del colapso

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    La situación de las universidades nacionales es crítica: con el mismo presupuesto que en 2023 y con una inflación interanual que supera el 270 por ciento, el dinero disponible solo alcanzará para mayo o junio. Al menos, así lo han dejado entrever diversas autoridades en el último tiempo. Sin embargo, las primeras alarmas ya están encendidas: este lunes, la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) informó que, por falta de fondos, deberá dejar de pagar servicios básicos de funcionamiento como limpieza, luz y gas correspondientes a marzo. De hecho, hay rectores que afirman que, en estas condiciones, el inicio del segundo cuatrimestre podría estar en riesgo. De concretarse, la parálisis podría dejar a 300 mil trabajadores docentes y nodocentes en la calle y a 2,5 millones de alumnos en un limbo, sin chances de continuar con sus carreras. En paralelo, legisladores afines buscan discutir un proyecto de ley de emergencia con el objetivo de asegurar la supervivencia en medio de la crisis. El Frente Sindical de Universidades Nacionales y la FUA convocaron a una Marcha Federal Universitaria para el jueves 25 de abril.

    Beatriz Gentile, rectora de la UNCo, en diálogo con Página 12, señala lo siguiente: “Están llegando las boletas de las tarifas de febrero. Si bien técnicamente no estamos en cesación de pagos porque nos faltan conocer algunos importes que todavía no tenemos en nuestro poder, es muy probable que sí lo estemos. Por lo que ya estamos previendo, no estamos en condiciones de pagar todos los servicios si no tenemos el refuerzo prometido”. El gobierno de Javier Milei había prometido un incremento de un 70 por ciento para los gastos de funcionamiento, pero hasta el momento ese dinero no fue recibido por las instituciones. En esta línea, aunque solo representa un aumento en el 5 por ciento del presupuesto total (ya que la enorme mayoría se destina a salarios), aún no fue acreditado por las casas de educación superior.

    Si, en el mejor de los casos, las universidades no cierran en los sucesivo, el hecho de ajustarlas de manera que solo puedan funcionar al mínimo de sus posibilidades impacta de manera directa en su presente y las perspectivas futuras. “Si tomamos el servicio de la luz, solo para las unidades académicas que están en Neuquén Capital más una tarifa de agua rionegrina, ya tenemos el 40 por ciento de los gastos totales de nuestro presupuesto de funcionamiento. Hay que pensar que la UNCo está presente en otras ocho localidades”, explica la rectora.

    Por el momento, las tarifas de gas de febrero no serán altas porque el consumo no fue significativo, pero basta con imaginar lo que sucederá cuando las temperaturas empiecen a disminuir y se requiera de calentar los espacios para asegurar un mínimo de condiciones en el dictado de clases. Bajo esta premisa, Gentile comenta: “Hay tarifas que no vamos a poder pagar y lo tenemos en claro. Ya recortamos servicios de telefonía. Vamos a sentarnos con los proveedores y ver qué podemos hacer, pero es muy complejo porque como tenemos muchas sedes, debemos arreglar con diferentes empresas que prestan los servicios. Todas las situaciones son particulares”. Y agrega: “La mayoría de las universidades están en la misma que nosotros. Es bueno que se conozca para que la sociedad pueda tenerlo en cuenta”.

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